Dolma Jover Agulló, licenciada en Pedagogía de la Danza por la universidad Austriaca Anton Bruckner, prueba ser un ejemplo a seguir en el mundo dancístico por su labor como investigadora independiente llevando a término proyectos y puestas en escena innovadoras basados en laboratorios dancísticos. Ella considera estos laboratorios como el trabajo previo a la puesta en escena, la responsabilidad de aventurar a sus bailarines a esforzarse en seguir una metodología específica prestando atención a sus emociones. A través de una organización de talleres diarios invita al artista a salir del área de confort con la que está familiarizado -y con la cual se ha identificado hasta ese momento- y le estimula a experimentar con extremos haciendo que se enfrenten a un conocimiento opuesto, profundo e incluso a veces desconocido para ellos. Dolma escribe su tesis doctoral utilizando este estudio y detallando en sus escritos desde el comienzo hasta el resultado de cada uno de sus talleres.
La investigadora explica que para desarrollar su trabajo se sirve de sus recursos como profesora de danza contemporánea y de los cuerpos de bailarines educados en danza clásica y española y aplica a ellos la definición de Transcultural Body (cuerpo transcultural) dada por Bronislaw Malinowski. Malinowski explica que lo transcultural «es un proceso en el cual algo es ofrecido e intercambiado por otra cosa, es un dar y recibir (…), un proceso en el cual ambas partes de la ecuación son modificadas, donde una nueva, compuesta y compleja realidad viene a presentarse. Una realidad que no forma parte de una aglomeración mecánica de caracteres, ni siquiera un mosaico, sino un fenómeno nuevo, original e independiente». (Malinowski, B. 1983, p.86-90).
El trabajo de Dolma, comenzó como un proyecto personal para poder escribir su tesis doctoral, sin embargo, hoy por hoy se ha convertido en fuente de inspiración para muchos profesionales de la danza que la invitan a trabajar tanto dentro como fuera de España. En estos momentos esta profesora está preparando su gira por lationamérica este verano.
Por poner un ejemplo de sus primeros talleres, daremos el que ofreció en su propia ciudad, Alcoy. Este taller se presentó el 14 de septiembre del 2016 en el Conservatorio de Danza de Alcoy a las 18.00hrs y estuvo protagonizado por bailarines de diferente nacionalidad: Paula Romero, Paula Pachón, Roser Garriga, Michaehl Grosz, Carolina Fabra, Elsa Mourlam, Pablo Delgado, Claudia Ripoll. Estos artistas, además de trabajar en clase, tuvieron la oportunidad de convivir durante 15 días fuera del aula compartiendo experiencias y conocimientos entre ellos.
La profesora Dolma, compuso para el desarrollo de este proyecto unos diarios dirigidos con preguntas que hacían reflexionar a sus bailarines y plantearse nuevos retos y caminos a seguir en el mundo del arte. Estos diarios se completaban dentro y fuera del aula, de forma individual y grupal. Consecuentemente, los diarios hablaban también de las inquietudes y evolución de los artistas y daban respuesta al supuesto práctico estudiado por Dolma; así pues, los diarios contenían muestras del Transcultural Learning Path del inconsciente y la subjetividad del cuerpo de cada bailarín, su desarrollo, emoción sentida, evolución y trasformación durante y al final del proyecto.
A menudo, lo que podemos encontrar siendo público asistente a una presentación de una actuación resultado de un laboratorio de danza seguramente nos puede llegar a desorientar y a transformar a nosotros también, ya que Dolma igualmente puede invitar a su público a salirse de su zona de confort durante la exposición de cada uno de sus proyectos, con lo cual, su laboratorio puede ir más allá y convertirse entonces en una práctica compartida. Por ejemplo, puede incitarnos a caminar por varias salas experimentando emociones nuevas antes de dirigirlos a un aula final donde se producirá la actuación.
Así, por ejemplo el público de Alcoy antes de sentarse a disfrutar (en bancos organizados en un espacio de manera inesperada) tuvo que primero entrar en otra sala que estaba repleta de hilos de colores colocados en forma de laberinto. Estos hilos guiaban al público hacia los atriles donde se exponían los diarios de los bailarines con sus preguntas respondidas. Tras el recorrido, los asistentes pasaron luego al aula donde los artistas plasmaron las repuestas de sus diarios de forma corporal. Preguntas que mantenían el siguiente orden según el estudio de la profesional: calentamiento transcultural (duchas, frotar, deslizar, suelo y circuito codificado), técnicas de trabajo (voz, canto, gesto), técnicas de harmony/ disharmony (que jugaban con identidad y extremos) y otras técnicas de decodificación, deconstrucción, codificación y descontextualización.
Quizá lo más sorprendente de esta actuación fueron sus últimos minutos cuando inesperadamente Dolma hizo sonar una marcha mora en la actuación; haciendo un guiño a la cultura de su ciudad y también para provocar un estado de emoción diferente en su público. Pero fue entonces cuando los bailarines se vieron comprometidos a dar una respuesta corporal ante dicho estímulo. El resultado de esta iniciativa asombró al público por la forma variada de respuesta que los bailarines de diferentes nacionalidades dieron a esa música. Cada artista interpretó la pieza de manera totalmente diferente utilizando su propia técnica y apoyándose en el trabajo emocional realizado durante durante la preparación con Dolma, un verdadero viaje hacia la trasformación, conjugando subjetividad, valores, creencias personales y choques culturales. La pieza final mostraba pues un diálogo cultural entre el desarraigo y la novedad, la combinación de culturas que daba lugar a una nueva consciencia en el conocimiento del bailarín.
Resaltar finalmente que Dolma, al final de cada actuación suele abrir un turno de preguntas al público, preguntas que le sirven también para conseguir respuestas en su estudio, lo cual demuestra los beneficios que se pueden obtener de la realización de laboratorios dancísticos.
Bibliografía
Aránzazu Pastor Toledano