Propuesta práctica, lúdica y atractiva de psicomotricidad para la etapa de educación infantil

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Concepto de Psicomotricidad

Teniendo en cuenta la visión general del ser humano, el objeto principal de la psicomotricidad es el desarrollo armónico de una persona con el uso de técnicas útiles para las experiencias motoras, cognitivas y afectivas que facilitan la relación con uno mismo y con el mundo exterior, independientemente de la edad, en el entorno preventivo, reeducativo y terapéutico.

Etimológicamente, la psicomotricidad hace referencia a la motricidad (movimiento) y a la actividad psíquica (cognición y emociones), que se unen como un único proceso al que denominamos: globalidad integrada en la persona.

Modelos de intervención psicomotriz

Si nos centramos en el mundo educativo, existen distintas propuestas de intervención entre las que podemos destacar dos corrientes esenciales:

  • Psicomotricidad dirigida: Está basada en la programación de actividades de acuerdo a las evaluaciones previas y teniendo en cuenta los objetivos propuestos.
  • Psicomotricidad vivencial: Se centra en situaciones. Con ella, se permite al niño actuar libremente para reconocer sus necesidades más importantes y, de esta manera, poder satisfacerlas haciendo uso del placer sensoriomotor.

A continuación y, de manera somera, se describirán cada una de estas dos corrientes que, a su vez, constituyen dos extremos metodológicos con distintos modos de intervención.

  1. a) La psicomotricidad dirigida

También denominada psicomotricidad directiva o instrumental, la psicomotricidad dirigida tiene como característica principal la planificación previa.

Este modelo de intervención parte del concepto de cuerpo estructurado y puede utilizarse para fortalecer el desarrollo de la escritura, el cálculo o la lectura, y favorecer el desarrollo de todos los contenidos psicomotores.

Le Boulch, Picq y Vayer son los autores más representativos de esta corriente metodológica.

  1. b) La psicomotricidad vivenciada

La psicomotricidad vivenciada se diferencia de la psicomotricidad dirigida básicamente en que su intervención se apoya en la actividad libre y espontánea de los niños. En consecuencia, es muy importante que el educador (o psicomotricista) tenga la capacidad de observar y relacionar.

La “vivenciación” es otra de las características básicas de esta intervención. Se basa en que el niño tiene que sentir e integrar en su propia persona los nuevos aprendizajes a través de la experimentación, exploración y manipulación.

La psicomotricidad vivenciada apareció en la década de los setenta de la mano de Lapierre (fisioterapeuta y profesor de Educación Física) y Aucouturier (profesor de Educación Física y antiguo profesor y director del Centro de Educación Física Especializado de Tours).

PROPUESTA PRÁCTICA, LÚDICA Y ATRACTIVA DE PSICOMOTRICIDAD PARA LA ETAPA DE EDUCACIÓN INFANTIL

Las propuestas motrices que se realizan para los jardines de infancia o escuelas infantiles y colegios de Educación Infantil y Primaria están dirigidas al desarrollo general o mejora de los factores perceptivos, motores, físico-motores y afectivo-relacionales que componen integralmente al niño; de ahí que nuestra intervención desde la educación física esté destinada al completo desarrollo, armónico y equilibrado de los aspectos constitutivos de la personalidad infantil. Nuestro compromiso debe contemplar la multiplicidad de vertientes y significados de una misma actividad.

Dentro de las finalidades, cada una de las unidades didácticas y sesiones de trabajo tendrán en cuenta la unicidad global del niño, por lo que el diseño y la adaptación de los espacios deben favorecer:

  • La intención educativa, la construcción de la identidad y afirmación del yo, el desarrollo de la autoestima, las actitudes y comportamientos positivos, las relaciones satisfactorias con el entorno físico y social, la conjunción armoniosa de la individualidad y la socialización.
  • La adquisición del dominio y el control del cuerpo, la realización de juegos y movimientos naturales, la mejora de la coordinación y el equilibrio, el desarrollo de la condición física y el enriquecimiento del comportamiento motor y de la eficacia corporal.
  • La percepción del propio cuerpo, conocerlo, aceptarlo, sentirlo, y de la realidad exterior, la organización y estructuración de las sensaciones recibidas, la adquisición de competencias y la construcción de conocimientos, la expresión o el desarrollo expresivo, la comunicación y representación, y el desenvolvimiento en su medio físico y social.

Así, las actividades propuestas en el aula o sala de educación física y psicomotricidad son una continuidad de las planteadas en el resto de la jornada, incluidas en unidades didácticas globalizadas, lo cual significa que el desarrollo de la motricidad está integrado con el resto de los aprendizajes. De esta manera, las propuestas de educación física y psicomotricidad se presentan como «ambientes de aprendizaje» y «espacios de acción y aventura», bajo tareas motrices con cuentos y músicas introductorias y durante el transcurso de las actividades en torno a tópicos, como el mundo de los animales (el zoológico, la selva, el bosque, Tarzán y Jane en la jungla, los animales de la granja o los animales marinos), las estaciones del año (el sol, la lluvia, la nieve, el viento, los árboles, las flores, etc.), la Navidad (la familia, los villancicos, los regalos, Papá Noel, los Reyes Magos, etc.), el carnaval (los indios y los vaqueros, policías y ladrones, etc.), un paseo por mi ciudad (los medios de transporte, los bomberos, etc.), el circo (los payasos, el trapecista, el domador, etc.), los personajes de los cuentos (el mundo de los gnomos, Harry Potter, Peter Pan, Cenicienta, don Quijote de la Mancha, etc.), conocemos nuestro cuerpo, los alimentos (los sabores), los sentidos (el tacto, el oído, el gusto, el olfato, la vista), las profesiones, etc.

Las paredes de la sala-gimnasio estarán colmadas de dibujos, murales, diseños, estampas, siluetas, esquemas de todos aquellos tópicos o centros de interés que los mismos alumnos habrán confeccionado a lo largo de la jornada escolar; lo que supone trabajar o acomodar las tareas motrices en dicho ámbito sobre los contextos de aprendizaje que está trabajando en su aula ordinaria. Será, por lo tanto, frecuente ver allí, en la sala-gimnasio, las siluetas de dos niños (varón y mujer), que los mismos alumnos, como tarea, tendrán que componer con diferentes piezas diseñadas al efecto. En otros casos, los pequeños tendrán que vestirse -y desvestirse- con ropas preparadas para participar en el carnaval o tendrán que componer un muñeco de nieve con diferentes fragmentos, tras recorrer y superar un circuito de obstáculos que simulan el bosque en primavera, la montaña, los valles, una tarde en el circo o la ciudad (Gil Madrona, 2003).

En estos espacios, que Mendiara Rivas (1999) denomina «espacios de acción y aventura», y dado el acercamiento de los niños, en estas edades, hacia la actividad motriz, el juego o las formas jugadas serán un elemento motivador que centrará la atención en las actividades propuestas. Estos son los ambientes donde se trabajarán los contenidos que propicien el desarrollo de:

  • Las manipulaciones (asir, soltar, golpear, lanzar, recibir).
  • Los patrones de movimiento y relacionados con la coordinación dinámica general (rodar, gatear, andar, reptar, saltar; giros, lanzamientos, empujes, tracciones).
  • El esquema corporal (estructura global y segmentaria del cuerpo).
  • La salud corporal (creación de hábitos de higiene).
  • La percepción espacial (nociones de orientación y situaciones).
  • La percepción temporal (ritmos, antes, después).
  • La expresividad corporal (control tónico, relajación, posibilidades expresivas).
  • La creatividad (idear ejercicios, proponer iniciativas de juego, fantasía, imaginación, etc.).
  • Las relaciones sociales (aproximarse al grupo, establecer contacto visual, dejar y pedir objetos, agradecer, ponerse de acuerdo, compartir). En definitiva, propiciar el desarrollo de actividades con el entorno próximo, natural y en espacios recreativos con los iguales y con los adultos.
  • La expresión de emociones (alegría, afecto, cariño, amor, enfado, etc.).
  • La mejora de la autoestima y de las habilidades sociales (disfrutar de las relaciones con los demás, realizar y aceptar juegos que se ajusten a las posibilidades y limitaciones personales, observar a los otros).
  • La aceptación y el cumplimiento de normas (respetar límites, seguir consignas, controlar pulsiones de gritos, risas, miedos, ruidos).

Referencias bibliográficas

  • Altozano Soler, Mª. Á. (2016). Atención Temprana y Desarrollo Psicomotor (Tema 4: Desarrollo psicomotor y psicomotricidad). Grado de Maestro en Educación Infantil. Madrid: Facultad de Ciencias Sociales y de la Educación. Universidad Camilo José Cela.
  • Ferreras Vidal, I. M. (2017). La sesión de Educación Física en la etapa de Educación Infantil. Trabajo de Fin de Grado de Maestro en Educación Infantil. Madrid: Facultad de Ciencias Sociales y de la Educación. Universidad Camilo José Cela.

Ignacio Manuel Ferreras Vidal

3 pensamiento sobre “Propuesta práctica, lúdica y atractiva de psicomotricidad para la etapa de educación infantil

  1. Bestcustomessay

    Una dotación que permitirá facilitar la realización de diferentes actividades como psicomotricidad, masajes infantiles, fichas o manualidades plásticas, musicoterapia, juegos heurísticos, juegos libres, simbólicos, con cosas materiales del medio ambiente, al aire libre, de plastilina o motricidad gruesa y fina, entre otras.

    1. Ignacio Manuel Ferreras Vidal

      Eso es. Has captado la esencia de esta propuesta que, a pesar de marcar de manera muy clara sus finalidades y contenidos, señala actividades lo suficientemente abiertas y flexibles como para desarrollar todas ésas que indicas y muchas más.

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