Introducción
El hecho de vivir en una sociedad multicultural y globalizada hace imprescindible la presencia de valores tan necesarios como la tolerancia, valor que lleva su vez asociados otros como la solidaridad, la igualdad o el respeto; podría establecerse que la tolerancia es un valor que sirve de base para muchos otros.
Tolerancia
Como ocurre con muchos otros valores, la tolerancia tiene numerosas acepciones. En este caso, tomaremos como referencia las dos siguientes:
“Respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias.” (Real Academia de la Lengua)
“Autocontrol intencional ante algo con lo que no estamos de acuerdo, algo que nos resulte desagradable, amenazante, o ante lo cual tengamos una actitud negativa. Esto con el objeto de mantener y promover la armonía en un grupo” (Vogt, 1997 en Hernández, I. 2004)
Si bien cada definición tiene sus propios matices, a raíz de ambas se puede concluir que la tolerancia es mostrar una actitud de respeto ante algo que nos desagrade o nos resulte amenazante con el objetivo de convivir en armonía.
IMAGEN 1. “Niños y niñas juntando sus manos”
El primer contacto con las aulas y el mundo escolar puede tener aspectos desagradables para los más pequeños. Pongamos por ejemplo el caso de una clase a la que llega un niño procedente de un país con costumbres muy diferentes a las locales, esto puede suponer en un primer momento una situación amenazante (por el simple hecho de que, a menudo, lo desconocido resulta aterrador) que produzca conflictos entre el recién llegado y el resto del alumnado, esto resultará, irremediablemente, en una situación desagradable. Todo ello podría evitarse si se enseñaran actitudes de respeto y tolerancia hacia las otras culturas desde edades tempranas.
Sin embargo, no debería aparecer un problema para enseñar valores como la tolerancia en las aulas de Educación Infantil. De hecho, enseñar valores, evitará la aparición de numerosos problemas y dará al alumnado las claves para solucionar los conflictos que aparezcan dentro y fuera del aula.
Empatía
Por otro lado, tal y como señala Buxarrais (1998) en Vargas & Basten (2013), la empatía es aquello que nos permite ponernos en la piel de otra persona y consecuentemente, incrementar nuestra consideración por los demás. Al comprender las situaciones y sentimientos de las demás personas sentaremos las bases para una conducta solidaria. Se puede afirmar, por tanto, que al igual que la tolerancia servía de base para otros valores como el respeto, la empatía es un paso más hacia la solidaridad. Se confirma así que los valores están estrechamente ligados unos con otros y que a menudo se necesita de varios para poder desarrollar una educación en valores plena.
Por su parte, la Real Academia de la Lengua nos aporta la siguiente definición de la palabra empatía, se trata de una definición más breve que la de Buxarrais pero con la que coincide en esencia:
“Capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos” (Real Academia de la Lengua).
En resumen, la empatía puede ser definida como una habilidad social compuesta por tres componentes: cognitivo, afectivo y conductual. El primero tiene que ver con la capacidad de comprender a los demás, poniéndonos en su lugar. A continuación, el componente afectivo nos permitiría sentir compasión y preocupación por los demás y, por último, el elemento conductual implicaría expresar la comprensión de los sentimientos de otras personas (Mota et al., 2006).
La empatía se desarrolla progresivamente a la par que se desarrollan otros aspectos de diversa índole, y en este desarrollo tienen un gran impacto los familiares, docentes y otros adultos con los que los niños y las niñas tengan contacto frecuente. De hecho, la interacción con la familia da lugar al desarrollo socioemocional que daría lugar, posteriormente, al desarrollo de valores como la empatía (Vargas & Basten, 2013).
Pero la empatía va más allá de lo anteriormente mencionado, y es que también puede tener efectos sobre uno mismo. Varios estudios como los de Falcone (1998), Frey, Hirschstein y Guzzo (2000) y Stephan y Finlay (1999), cuyos resultados fueron analizados por Mota et al. (2006), demuestran que el entrenamiento de la empatía no solo aumentó el nivel de empatía entre sus participantes, sino que también se dio una reducción de los conflictos interpersonales y una notable mejora la calidad de las relaciones. Asimismo, la falta de empatía tuvo impactos negativos tanto para la vida social como para la salud mental, aumentando los prejuicios sociales y las violaciones de los derechos. Se demostró también que la falta de empatía está presente en las conductas antisociales y en algunos trastornos psicológicos.
Vemos por tanto la necesidad y los beneficios de entrenar valores y habilidades como la empatía desde edades tempranas para evitar problemas y conductas indeseadas en los siguientes años de escolarización y, posteriormente, en la vida sociolaboral y familiar del alumnado.
La educación en valores en Educación Infantil
La educación en valores ha de estar presente en Educación Infantil por numerosas razones pero, principalmente, por los beneficios anteriormente mencionados y porque así se especifica en las leyes educativas (y aunque las leyes cambien, los beneficios seguirán siendo los mismos). No tendría ningún sentido tratar de enseñar valores por separado, como en compartimentos estancos, puesto que todos los valores están interrelacionados y unos sirven como base a otros. Por ejemplo, la tolerancia va irremediablemente ligada al respeto, la igualdad y la solidaridad, y esta última guarda a su vez relación con la empatía. Quizá el reconocer que los valores necesitan los unos de los otros, sea ya la adquisición de un valor.
Al igual que la inmensa mayoría de conocimientos, cuanto antes comience la educación en valores, antes obtendremos los resultados y más arraigados quedarán estos en nuestro alumnado. La etapa de Educación Infantil se basa principalmente en la convivencia, para muchos niños y niñas es su primera toma de contacto social alejados de su hogar y su familia, por ello es de gran importancia comenzar a inculcar valores que permitan una convivencia pacífica no solo entre el alumnado, sino también con el profesorado e incluso fuera del centro escolar, no solo debemos educar para el contexto escolar, sino que debemos educar para la vida.
Ya que, como se ha mencionado anteriormente, numerosísimos estudios llevados a cabo en diferentes países demuestran que la educación en valores aporta importantes beneficios no solo a nivel social sino también a nivel personal; al igual que la falta de educación en valores da lugar a comportamientos y conductas no deseadas que pueden afectar, incluso, a la salud mental del propio individuo.
Conclusión
Una correcta educación en valores a tiempo evitará problemas de diversa índole no solo durante la escolarización de nuestro alumnado, sino a lo largo de toda su vida social, personal, familiar y laboral. A menudo tendemos a pensar que la educación en valores es un aspecto que nos servirá en nuestras relaciones a nivel social, olvidando por completo que influyen enormemente en nuestro crecimiento y desarrollo personal.
Cabe recalcar, por último, que la educación en valores es esencial es un mundo cada vez más globalizado, en la que las culturas y puntos de vistas se funden y confunden y en el que no debemos olvidarnos de mantener una visión crítica y objetiva para crear una sociedad más justa, aunque el propio concepto de justicia sea ya un concepto subjetivo.
Referencias
Hernández, I. Educar para la tolerancia: una labor en conjunto. Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, 2004, nº 47, p. 161-174. https://doi.org/10.22201/fcpys.2448492xe.2004.191.42457
Mota, Danielle da Cunha; Falcone, Eliane Mary de Oliveira; Clark, Cynthia & Manhaes, Alex C. Prácticas educativas positivas que favorecen el desarrollo de la empatía en niños. Psicología en Estudio, 2006, nº11, p.523-532. https://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1413-73722006000300008&lng=pt&nrm=iso&tlng=pt
Real Academia Española: Diccionario de la lengua española, 23.ª ed., [versión 23.3 en línea]. https://dle.rae.es/
Vargas, M. & Basten, M. Aplicación de la propuesta para fortalecer la vivencia de los valores de solidaridad y empatía con niños y niñas de 4 a 5 años, de una institución privada de Heredia, por medio de talleres lúdico-creativos. Revista Electrónica Educare, 2013, vol.17, nº 3. https://www.scielo.sa.cr/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1409-42582013000300010
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Freepik. (2024). Foto gratuita niños y niñas juntando sus manos. [Fotografía]. Freepik.
Saray Martínez Llano