1. La literatura infantil: el álbum ilustrado.
“Mi salvación fue leer, leer los buenos libros, refugiarme en esos mundos donde vivir era exaltante, intenso, una aventura tras otra, donde podía sentirme libre y volvía a ser feliz (…) La literatura dejó de ser un juego. Se volvió una manera de resistir la adversidad, de protestar, de rebelarme, de escapar a lo intolerable, mi razón de vivir” (Mario Vargas Llosa, 2010).
La literatura infantil es ante todo literatura. Una literatura que delimita una época o una etapa concreta en la vida del hombre como es la infancia. Debe adecuarse a ese público, a esas expectativas que uno se va formando poco a poco; pero también, aquella que sin ser escrita para ese colectivo, la ha hecho suya. Obras tomadas del folclore, literatura escrita por los niños describen muy bien a lo que aquí nos estamos refiriendo; a un mundo que nos rodea, del cual tenemos que aprender e informarnos y del que, puede, desconozcamos muchas cosas.
Por otro lado, no todos los libros que se ofrecen a los niños/as se deben considerar literatura, aunque ello no quiera decir que no sean interesantes; por ejemplo, libros-juguete, libros-objeto… Suelen existir conflictos en cuanto a la “literalidad” de las obras y de la literatura infantil en general, habiendo autores o críticos que la consideran con carácter plenamente literario y otros en cambio que creen que son obras menores. Por tanto, debemos asumir nuestra responsabilidad y necesidad a la hora de dotar a esa literatura de un discurso crítico donde no deberían cuestionarse estas ideas. La literatura infantil es tan literatura como cualquier otra; se dirige a un lector cuyo desarrollo no ha concluido y, por tanto, debe trabajar mejor su mensaje y contenido sin renunciar a la belleza del lenguaje o a la idea que quiere transmitir.
Dentro de la literatura existen varias formas de trabajarla, dando lugar a los géneros (ordenación de obras en grupos según unas semejanzas). Muchos son los que han intentado aunar estas obras en grupos, estableciendo cinco géneros bien definidos como son la lírica, la épica, la dramática, la narrativa y la didáctica; aunque algunos autores incluyen ya, como nuevo, el libro álbum o álbum ilustrado, como es el caso de Docampo, Colomer o Duran. Sin olvidar que, con la literatura, ya sea el álbum ilustrado, u otro género, fomentamos nuestra imaginación; pues como decía Jorge Accame:
“Creo que entre las primeras cosas que me atrajeron de la literatura, una fue su capacidad de fundar un lugar donde todo era posible. Otra fue sin duda la promesa de que algo más iba a pasar. No importaba en qué instancia de la lectura uno estuviera: siempre era lícita la esperanza de que la historia seguía. Y aún después del final, la imaginación continuaba trabajando” (Jorge Accame, 1998).
El álbum ilustrado, o libro álbum, es una de las últimas grandes innovaciones en materia de libros. Como afirma Peter Hunt: “el álbum es la única contribución que la literatura infantil ha hecho a la literatura, los demás géneros han sido puramente imitativos” (Hunt, 2001); presenta una relación muy estrecha entre el texto y la imagen, en donde esta última adquiere mucha carga expresiva. Durante años las ilustraciones fueron jugando y juegan diferentes papeles dentro de las obras literarias, como mera decoración, como respiro, como relación de complementariedad, interdependencia… En la lectura de imágenes el ritmo es muy distinto al de los textos y esta mezcla que se crea en el álbum ilustrado hace que la dinámica sea aún mayor dentro de la trama o historia. Este tipo de libro, a menudo, nos sitúa lejos de los estereotipos y establece claras conexiones con la plástica, el cine, la publicidad, la literatura y la cultura.
Dentro del libro álbum es muy importante la apariencia: ha de ser llamativo, interesante, expresivo y cercano; no es un mero recetario con imágenes, y aunque contenga gran cantidad de ellas, nos ha de demostrar que no lo es. Requiere un trabajo minucioso que conecte imagen con texto, ilustraciones con palabras, combinando ambos lenguajes de una manera adecuada y estudiada. Puede resultar a simple vista un trabajo sencillo, pero requiere de mucha capacidad de síntesis, imaginación, quitar del texto para expresar con la imagen y viceversa. Cuando tratamos el tema de la imaginación, estamos tocando un aspecto bastante complejo y controvertido, sobre todo, dentro del álbum ilustrado; donde la ilustración es la fuente principal de esta imaginación. ¿Cómo ilustrar la imaginación? Nada puede fallar en su desarrollo, es un diálogo delicado entre imagen y texto donde el ilustrador ha de entender al escritor y viceversa. El álbum ilustrado es un arte delicado sin límites, el cual, no encuentra fronteras.
El buen álbum es aquel en el que texto e imagen se complementan, “el que contiene una obra dirigida a todos los lectores en la cual la ilustración tiene un protagonismo visual muy destacado frente al texto, con el cual se ha de compensar” (Docampo, 2007). La elección de ilustraciones es acorde al relato y desarrollan progresivamente la historia. Todo ello no significa que se debe renunciar a la sorpresa, la ironía o el humor. Al contrario, los álbumes ilustrados cuentan con espacios más adecuados para introducir guiños chistosos o carácter expresivo a las historias. Según comenta Colomer, “el género que parecía destinado a ser el más sencillo y amable de la literatura infantil ha producido las mayores tensiones sociales y estéticas, porque ha aprovechado los recursos de dos códigos simultáneos y porque ha implicado a dos audiencias distintas” (Colomer, 1996). Su creación conlleva un gran trabajo, una toma de decisiones para encajar en las expectativas de públicos muy variados.
Por tanto, un buen álbum no deja indiferente a nadie, supone la ruptura total hacia la oposición del texto y la ilustración, y todo ello hace que “hoy el álbum se haya convertido en un modelo de síntesis donde se combinan y transforman significativamente los diferentes lenguajes (oral, textual y visual) que constituyen el patrimonio literario dirigido a los niños “ (Duran, 2008).
2. La familia para el niño/a.
Durante estas etapas de infantil el niño/a crea con sus padres/madres o familiar un apego, es decir, un fuerte lazo afectivo y duradero que se establece entre el pequeño/a y las personas más cercanas. Las conductas de apego son las que podemos ver, normalmente, en el comportamiento del niño/a con su madre/padre/tutor legal, aunque estas figuras son todas las que, habitualmente, están dentro de su círculo afectivo. El pequeño/a quiere estar con ellas, adquiere una seguridad a su lado y es capaz entonces de explorar el entorno; este vínculo es muy importante para su adecuado desarrollo.
Existen datos que indican que una ausencia de relación afectiva temprana puede tener problemas en el desarrollo humano. Según la psicóloga Cecilia Gutiérrez, “un vínculo cálido, afectivo y estable fomenta el desarrollo infantil positivo en sus distintas dimensiones (afectivas, cognitivas y sociales), así como también, un desarrollo sano de personalidad. En cambio, un vínculo inseguro, caracterizado por la deprivación afectiva está íntimamente vinculado a una gran cantidad de desórdenes, problemas emocionales, cognitivo-conductuales y sociales en la infancia y vida adulta” (Gutiérrez, 2011). Por tanto, estas reflexiones nos permiten pensar sobre la importancia de la familia dentro de la vida del niño/a, como un pilar fundamental en su desarrollo.
La familia es el entorno más importante en los primeros años de vida, donde el niño/a adquiere sus primeras habilidades; aprende a jugar, hábitos de limpieza, deberes y valores. Con el paso del tiempo, el pequeño/a irá formando una imagen de sí mismo en función de las relaciones que vaya teniendo; es gracias a estas primeras relaciones con los padres/madres cuando se descubrirá a sí mismo. Los padres/madres son modelos que, sin quererlo serán imitados por sus hijos/as. Por tanto, la familia supone para el niño/a, el apoyo seguro donde experimentar e ir aprendiendo a ser persona.
El apego y los vínculos emocionales son necesarios para su bienestar psicológico y emocional. La familia es el único escenario permanente y seguro que el pequeño/a va a encontrar y disfrutar; las amistades cambian, los profesores/as varían, pero los padres/madres siempre permanecen, otorgándoles la seguridad y el cariño necesario a estas edades. Los niños/as desean y quieren estar con sus padres/madres.
Estudios recientes han comprobado que los más pequeños/as no son tan superficiales como se cree y que prefieren, muchas veces, compartir tiempo de juego con sus familiares o tutores que estar delante de la televisión o jugar con la videoconsola. En el caso de los profesores Fernando Gil Cantero y Gonzalo Jover Olmeda, el tema les ha servido para la realización de un trabajo, donde han analizado, bajo el título de “El mundo de los niños” (1997-2002), la importancia que tiene la familia para éstos. Los resultados obtenidos demuestran la necesidad de una figura paterna o materna en la vida de los pequeños/as y la demanda que hacen los hijos/as para pasar más tiempo juntos. En la mayor parte de los casos, los padres/madres representan el mundo del trabajo y de las prisas. Un estudio reciente publicado en el Journal of Family Psychology (2019) por el psicólogo y profesor de la Universidad de Georgia (UGA), Geoffrey Brown, revela que los padres/madres que eligen pasar tiempo con los niños/as los días que no trabajan están desarrollando un vínculo más fuerte con ellos/as, con independencia de la actividad y la importancia que tenga lo que realicen. “Buscar actividades centradas en el niño y en su diversión es lo que mejor predice una buena relación padre/madre-hijo/a» (Geoffrey Brown, 2019).
De la lectura del manual de Sociología de la Educación de F. Fernández Palomares (2003), se extrae la idea de que cuando se plantea la necesidad de conciliación entre trabajo y familia no se suele especificar qué imagen se tiene al respecto, si se trata del afecto familiar que se otorga a los trabajadores o si se pretende mantener el nivel de producción de bienes y servicios que ahora recae sobre la familia. Por otro lado, existe una reducción de objetivos y una delegación de funciones, sobre todo, el de la reproducción. Los trabajadores no se producen, sino que se importan cuando ya han alcanzado la edad de incorporarse al mercado laboral. Consiste en alternar la producción para la familia y para el mercado, de modo que no coincidan en el tiempo. Analizando todos estos datos, llegamos a la conclusión de que, independientemente de que haya más o menos hijos/as, los que existen están insatisfechos con sus padres/madres, demandan una mayor atención por su parte y un mayor cariño. Por tanto, la forma de vivir de los padres/madres influye positiva o negativamente en la felicidad de los hijos/as.
3. Aparición de la familia en el álbum ilustrado.
Tras estas reflexiones y dejar patente la importancia de la familia para el niño/a y la necesidad que tiene el pequeño/a de obtener cariño y, a su vez, demostrarlo a los demás, podemos vincular esta temática con el álbum ilustrado. Como ya se ha mencionado con anterioridad, el libro álbum es un recurso para expresar, para jugar con las palabras y la imagen y para transmitir sentimientos. No hay nada mejor como el amor de la familia y la afectividad. Son recursos muy útiles para llegar al corazón del lector y eso hace que tanto padres/madres como hijos/as disfruten de sus historias.
Muchas veces este tema queda encubierto a través de familias de animales, de monstruos o de infinidad de personajes que no tienen por qué ser humanos. Durante los primeros años, el niño/a suele interesarse por el mundo animal, introducir voces y otorgarles características humanas a leones, conejos u osos de peluche que se encuentran a su alrededor. Esta influencia hace que gran parte de los álbumes ilustrados estudiados tengan como principal protagonista a un animal y que ese animal exprese su cariño, necesidad o amor por su familia. El lector encuentra en la historia conexiones importantes para su comportamiento y maduración posterior, entendiendo la idea de que los padres/madres o tutores son muy relevantes en su vida, cuya presencia marca nuestro próspero desarrollo.
En uno de los artículos de la web Biblogtecarios, titulado “El papel de los padres en la promoción de la lectura”, se explica que “los niños se hacen lectores en el regazo de sus padres”, según expresa de una forma precisa y gráfica la escritora norteamericana Emilie Buchwald. Ciertamente, es el hogar el espacio ideal para despertar el gusto por las palabras, donde encandilar al niño con su sonoridad, con nombres, adjetivos y verbos teñidos de afecto que arrullan y confortan, que acarician el oído del bebé al ritmo del corazón.
4. Aplicación didáctica del álbum ilustrado “familiar” en el entorno educativo.
Una vez analizados los álbumes ilustrados y mencionada la importancia de la familia y la literatura, llega el momento de plantear actividades de acuerdo a dicha temática. Para proponer una serie de actividades acordes a la utilización de los libros, deberemos tener en cuenta previamente los objetivos recogidos en el currículum de la etapa (Decreto 85/2008, de 3 de septiembre, por el que se establece el currículo del segundo ciclo de Educación Infantil).
Así mismo, como docentes, no sólo debemos atender a dichos objetivos, sino que hemos de plantearnos los nuestros, creación propia, de acuerdo a los que se marcan en la ley o Decreto. En este caso, el plan de trabajo sugerido tiene como finalidad trabajar el concepto de familia con el alumnado, comprobar su importancia, conocer el álbum ilustrado “familiar” aprovechando ese momento e introducir a la familia en la escuela lo máximo posible, teniendo en cuenta la situación epidemiológica que estamos viviendo. Por tanto, de acuerdo a estas premisas los objetivos planteados pueden ser, por ejemplo:
- Conocer y analizar su familia y la de sus compañeros/as.
- Tomar contacto con el álbum ilustrado “familiar”.
- Respetar las ideas y opiniones de los demás.
- Entender el significado de la familia en sus vidas.
- Identificar emociones y sentimientos asociados a la literatura infantil y su familia.
- Introducir y trabajar con la familia desde y fuera de la escuela.
Con estos objetivos marcados, se pasa a detallar una estructura de trabajo “modelo”, donde se aprovechará ese momento para organizar el “día de la familia” en el centro. La selección de los álbumes ilustrados debe adecuarse a las edades de los niños/as y utilizarse con una misma finalidad: el vínculo familia-escuela y literatura-familia.
- Actividades tipo:
- “¿Cómo es mi familia?” Esa sería la pregunta que abriría el diálogo durante la asamblea. Cada alumno/a opinaría y reflexionaría sobre cómo y lo que le gusta o no de su familia.
- PRESENTACIÓN DE FAMILIAS. “Álbum familiar”. Cada niño/a acudirá al aula con una foto de su familia que presentará al resto de compañeros/as de la clase.
- LECTURA EN FAMILIA. Un familiar del alumnado viene a visitarnos para leer un libro álbum a los niños/as. Su visita servirá para que otra persona lea la historia y podamos entender mejor esa idea de familia que intenta transmitir el autor en el cuento. Además de reforzar la unión escuela-familia tan importante para los niños/as. Esta visita se organizará, siempre que sea posible, al aire libre y manteniendo las oportunas medidas de seguridad.
- CAMBIAMOS LA HISTORIA. Hacer hipótesis sobre lo que podría pasar si cambiásemos algún aspecto de la historia, ya sea el argumento, de los personajes, de los aspectos formales… A partir de ahí, los alumnos/as contestarían usando su imaginación y entre todos podríamos crear una nueva historia que podría ser el preludio de un bonito relato alternativo a esos cuentos. Además, el maestro/a podría ir copiando dicha historia en la pizarra para leer el resultado final una vez concluida la actividad; de este modo, se trabajaría o fomentaría el contacto de los alumnos/as con la escritura.
- CREACIÓN DE UN MURAL FAMILIAR. Para reforzar el sentido de la lectura, se realizará un cartel o mural donde cada alumno/a pondrá algo que le ha inspirado el cuento. Algunos dibujarán, otros en cambio escribirán, pegarán fotografías de su entorno familiar… cualquier objeto o aportación es correcta; simplemente se busca que el niño/a comience a relacionar lo que lee con lo que le rodea y a partir de ahí poder hacer mayores abstracciones como es la activación de conocimientos previos.
- LIBRO VIAJERO. Esta actividad se realiza en muchos centros, pero el objetivo que se plantea en este caso es otro. Se fomenta el vínculo familiar a través del álbum ilustrado. El libro viaja con los alumnos/as durante una semana y los niños/as plasman en una hoja en blanco a través de fotografías, dibujos o palabras cómo se han sentido ellos y sus familias al leer el cuento. Se trabajan las emociones y sentimientos.
- MUSEO DEL CUENTO. Cada familia selecciona un cuento que tenga en casa y que les guste leer juntos. La idea de la actividad es aumentar la biblioteca personal de cada niño/a, además de animarle y motivarle hacia la lectura, porque si lo trae un compañero/a será porque es interesante. Sería adecuado que a la vez que exponemos todos los libros en el aula y los pequeños/as los observan y analizan, cada alumno/a explique brevemente por qué ese libro es especial para él y para su familia, por qué le interesa la historia… Argumentos y recursos que fomentarán un cambio en la idea que puedan tener los alumnos/as, aumentando su interés por aquellos cuentos que tienen antes sus ojos. Esta técnica está relacionada con los álbumes ilustrados en el sentido que enriquece su catálogo de posibilidades a la hora de escoger un texto, orienta los criterios en la selección de obras literarias adecuadas a sus intereses o edades.
Estas actividades y otras muchas, servirían de apoyo a la lectura de los álbumes, yendo más allá del mero contacto visual, profundizando en su mensaje, en su estructura, en su diálogo texto-ilustración y en su intención. En Educación Infantil, la presencia de la familia, en la mayor parte de los centros, es muy notoria y sería una pena desaprovechar la oportunidad de compartir con ellos este tema: porque ¿qué mejor manera de explicar el álbum ilustrado “familiar” que en familia? Este “día de la familia” permite impulsar de nuevo, después de estos años fatídicos de COVID, la presencia del padre/madre en el aula, desde la prudencia y la seguridad. Las actividades tipo propuestas no son una revolución sino algo muy sencillo al alcance de cualquier docente; contamos con recursos motivadores y gratificantes que, en ocasiones, obviamos; este es el caso de la familia que si está dispuesta y entregada puede hacer nuestra labor mucho más sencilla.
Cada día nos quejamos de que los niños/as de hoy no leen, un grave error, los niños/as de hoy sí leen, sin embargo, abandonan esa lectura a edades muy tempranas; nuestro trabajo está ahí, lograr que ese abandono se reduzca y que descubran que detrás de cada historia hay algo más. Por ello, las actividades descritas enriquecen nuestra lectura, nos permiten compartir nuestra experiencia de leer y crean una esperanza en el maestro/a y en el padre/madre, quienes lucharán porque esos niños/as “amen” como ellos este gran mundo de la literatura.
Porque un álbum es una emoción y “las emociones llegan a ser realmente emocionantes cuando las podemos compartir con los demás. Es más, si bien hay emociones que tendremos que experimentar solos, y que sólo encontrarán espacio en nuestros silencios, hay otras que no alcanzarán su máxima expresión si no las compartimos” (Bach y Darder, 2002).
5. Conclusiones
Este artículo no se ha querido cargar de ideas, ni tampoco aportar aquellas otras carentes de fundamento. Durante estos años de trabajo, el amor por la literatura ha sido un pilar fundamental para encontrar el camino hacia una nueva visión del mundo. En ese tiempo, nos hemos dado cuenta de que no hay un libro mejor que otro, no hay historia más importante, ni aventura más adecuada; cada obra es un mundo y debemos descubrirlo todos juntos/as.
Durante el desarrollo de esta exposición ha quedado clara la importancia de la familia en la vida del niño/a, sobre todo, en la etapa de Educación Infantil, y cómo esa relevancia se refleja en las historias que aparecen en los álbumes ilustrados o libros álbum. Dentro del abanico de posibilidades que ofrecen los autores, en relación al tema de la familia, existen infinidad de obras maravillosas adecuadas a cada edad y con diferentes visiones de la relación familia-literatura. Cada historia y cada ilustración permiten realizar un estudio sobre la influencia que va teniendo el hombre/mujer dentro del cuidado de los hijos/as o el poder de las ilustraciones en el significado del cuento. Tras la presentación de cada concepto y definida la importancia de la literatura infantil, se proponen actividades modelo a desarrollar como docentes en el aula con los alumnos/as y sus familias para trabajar el álbum ilustrado “familiar” y, en coherencia con esa temática, las emociones y la necesidad de un fuerte vínculo familia-escuela-niño/a.
Querido lector/a, que ahora mismo estás dedicando tu tiempo a entenderme, te diré que pares aquí y abras cualquier álbum ilustrado que tengas a tu alrededor; aquel que es el preferido de tu hijo/a, el que le regalaste a tu sobrino/a el mes pasado o el cuento que leías y te encantaba de pequeño/a. Esas historias te harán volver a la infancia y descubrir de nuevo el niño/a que llevas dentro. Son una puerta hacia un mundo desconocido y sugerente, con aventuras, consejos y vivencias de un montón de protagonistas que juegan con las palabras y las imágenes.
Nuestra imaginación vuela por lugares inesperados, encontrando y descubriendo cosas increíbles, amigos incondicionales y emociones eternas. Ahora sí podemos entender a Mario Vargas Llosa cuando decía que “por eso tenemos que seguir soñando, leyendo y escribiendo, la más eficaz manera que hayamos encontrado de aliviar nuestra condición perecedera, de derrotar a la carcoma del tiempo y de convertir en posible lo imposible” (Vargas Llosa, 2010).
Debemos amar la literatura, disfrutar con ella y descubrir lo que hay detrás de cada historia y ¿por qué no empezamos desde ahora con los álbumes ilustrados? Busca… Mira… Encuentra… Disfruta… de ese tesoro escondido que va a lograr que te conviertas de nuevo en un niño/a.
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Laura Huergo Cobo