Nuevo paradigma para el cumplimiento de las normas en Educación Física

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1. INTRODUCCIÓN

Durante la adolescencia está comprobado que existen momentos en los que la rebeldía está muy latente, en la que la formación de la personalidad no está definida por completo y, en ese transcurso, existen confusión y una serie de comportamientos disruptivos. Así Erik Erikson en su teoría del desarrollo psicosocial, incluye una etapa llamada “Identidad vs. Confusión de roles”, en la que destaca cómo la búsqueda de identidad puede llevar a comportamientos rebeldes mientras los adolescentes intentan definir quiénes son.

En la misma línea encontramos a Laurence Steinberg, que en su libro “Adolescente” analiza los cambios biológicos, cognitivos y sociales que ocurren en la etapa en la que nos centramos, la educación secundaria, y cómo estos cambios pueden suponer un punto de ruptura con las familias y las figuras adultas, que pueden considerarse como autoridad.

Por último G. Stanley Hall, considerado el fundador de la psicología de la adolescencia, describe esta etapa como una época de “tormenta y estrés”, donde la rebeldía es una parte natural del desarrollo.

Por tanto, asumiendo que en nuestro espacio de trabajo estamos en contacto permanente con personas en pleno desarrollo a todos los niveles, tenemos que asumir que su estado emocional y la transición por estos acusados cambios, van a tener repercusiones en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Es algo que difícilmente se puede evitar o cambiar, pero podemos buscar herramientas que nos ayuden a gestionarlo de la mejor manera posible.

Y es que en los centros escolares, vemos demasiado a menudo como los discentes pierden los nervios, no saben gestionar sus emociones, se frustran por no asumir a veces las consecuencias de sus actos y las de otros, y la falta de madurez les hace no ser totalmente conscientes de cuáles son sus responsabilidades. Lo que se pretende con el siguiente recurso es dejar claro desde el principio, cuáles son los límites que nos marcamos como profesores de EF, tratando de hacerles llegar su importancia no sólo para el buen funcionamiento de la clase, sino para trabajar en un clima de confianza donde la diversión estará presente bajo unos criterios de respeto y convivencia.

2. APLICACIONES EN EL AULA

A la vuelta de las vacaciones, en septiembre nos encontramos con chicos y chicas que están como en un limbo, y la transición a las clases debe ser paulatina, de manera que la vuelta a la rutina no se haga de manera muy abrupta. Volver a fijar horarios de sueño y descanso, compaginándolos con rutinas de trabajo y hábitos de estudio, debe ser consciente y asumible por parte del alumnado como una de sus responsabilidades dentro del hábitat educativo.

Para ello durante las primeras sesiones del curso académico, pondremos en práctica algunas  dinámicas para conocernos tanto profesorado con el alumnado, como los alumnos entre sí porque pueden que haya habido cambios en las agrupaciones. De esta manera podemos ir sabiendo cómo es la dinámica del grupo, sus preferencias, su nivel académico, su compromiso con los estudios… Puede ser que estemos como profesores en un centro nuevo o con un alumnado de nueva incorporación al centro, y es común que en esa transición de la primaria a la secundaria nos limitemos a leer las normas del funcionamiento del centro, y a veces caemos en el error de infundir miedo con las represalias ante posibles actos no adecuados, limitándonos a leer las sanciones y partes del plan de convivencia del centro.

Esta propuesta trata de virar el foco. No tratar de infundir miedo a ser “pillado” ante actos incorrectos, sino de crear conciencia de que el respeto por las normas es lo que aporta una convivencia adecuada en el centro. Cambiar la forma de entender la autoridad, no como alguien o una institución impuesta porque sí y que se dedica a penalizar, sino que se trata de un equipo de personas que tratan de garantizar un espacio seguro y de confianza. Por tanto buscamos que los alumnos vean al profesorado como personas cercanas, profesionales y en las que poder confiar algo tan importante, como es su formación futura tanto a nivel profesional como personal.

Por tanto, la dinámica y las actividades que se proponen en el siguiente punto tendrán como fin último, que los alumnos sean conscientes de cuáles son los límites que tenemos en nuestra materia de Educación Física.

La legislación actual, el Real Decreto 217/2022, de 29 de marzo, por el que se establece la ordenación y las enseñanzas mínimas de la Educación Secundaria Obligatoria, nos habla en diferentes elementos del mismo sobre el respeto y el cumplimiento de las normas, además por supuesto de trabajar la competencia emocional. Lo podemos encontrar en la competencia específica 1.3. “Compartir espacios de práctica físico-deportiva con independencia de las diferencias culturales, sociales, de género y de habilidad, priorizando el respeto entre participantes y a las reglas sobre los resultados, adoptando una actitud crítica ante comportamientos antideportivos o contrarios a la convivencia y desarrollando procesos de autorregulación emocional que canalicen el fracaso y el éxito en estas situaciones, para contribuir con progresiva autonomía al entendimiento social y al compromiso ético en los diferentes espacios en los que se participa”. Así como en el criterio de evaluación para 1º de ESO  EFI.1.5.2. “Practicar actividades físico-deportivas en el medio natural y urbano, siguiendo las normas de seguridad individuales y colectivas marcadas”.

 

3. DESARROLLO DEL CONTENIDO

Como decía anteriormente, esta dinámica se realizaría en las primeras sesiones del curso escolar, después de una dinámica para conocer los nombres de los alumnos así como sus gustos e inquietudes. Puede estar bien tanto para que el alumnado nuevo en el centro conozca cuáles son las normas del departamento de Educación Física, como para recordarles a aquellos que ya hayan cursado la materia en cursos anteriores en el centro qué líneas deben seguir para el buen funcionamiento de las clases.

Podríamos hacer una valoración previa en voz alta, preguntando de manera aleatoria o buscando voluntarios, que contesten a la preguntan de qué normas creen ellos que son importantes respetar durante los juegos, cómo deben cuidar de las instalaciones y el material, cómo deben ser las interacciones con el profesor y entre compañeros, cuáles son las rutinas y el material que deben traer a clase… Así podríamos empezar a comprobar sus conocimientos al respecto, su participación y el grado de interacción en el grupo.

Después de esta introducción empezaríamos con la dinámica en sí. Pasaríamos a dejar unos pequeños carteles con las normas esparcidas por el suelo, boca abajo, de manera que de manera voluntaria vayan saliendo diferentes alumnos, cogiendo una tarjeta y leyéndola en voz alta. Después el profesor explicaría más detalladamente cada una de ellas y terminaríamos pegándolas en un aro completando el círculo con las 10 normas que forman nuestro decálogo de EF.

Antes de empezar a leer estos carteles, podemos hacer un símil muy útil sobre el respeto por las normas de seguridad vial. Cumplir las normas de circulación cuando nos ponemos al volante es fundamental para garantizar la seguridad propia y la de los demás. No vemos sólo la posible multa y/o sanción, sino que lo hacemos como un acto cívico en el que garantizamos la salud de todos, y en la que evitamos accidentes por imprudencias, minimizando los posibles riesgos. Esto nos ayuda al cambiar la óptica de la que hablábamos antes hacia el respeto de las normas y de la autoridad.

Las 10 normas que el departamento de EF ha determinado como oportunas son:

  1. Juego con todos: respeto las capacidades de los demás, trato de ayudar a otros, soy capaz de pedir ayuda si lo necesito y entiendo que no siempre puedo ir con mis amigos.
  2. Cuidamos el material: no pago mis frustraciones con el material, si se extravía aviso a la profesora, si lo lanzo lejos voy a por él y ayudo en su transporte.
  3. Imprescindible, el aseo: llevamos bolsa de aseo, la profesora pasará lista asiduamente y supone una nota de evaluación.
  4. Fairplay: jugamos con unas normas y las cumplimos para que haya una buena convivencia, sabemos ganar y perder y nos alegramos porque otros también lo puedan hacer bien.
  5. Motivación y disciplina: la disciplina te lleva donde la motivación no alcanza. Esfuérzate y da lo mejor de ti. Hay tantos deportes como colores, y ser voluntario tiene premio.
  6. Nos escuchamos: para saber cómo hay que jugar necesitamos escuchar las explicaciones. Dejamos terminar a la profe y después, levantando la mano, por turnos preguntamos las dudas.
  7. Paciencia y confianza: conoce tus límites y date tiempo. No te rindas si no sale a la primera, recuerda que vienes a aprender. Confía en los juegos que plantea la profe, tiene experiencia.
  8. Puntualidad: hay que llegar a la hora al punto de encuentro para no retrasar la salida a las instalaciones y deben hacerse dinámicos.
  9. ¿Qué me pongo para EF?: La ropa será deportiva, cuidar el calzado, recogerse el pelo y cuidar los adornos. Su incumplimiento puede suponer un riesgo para la práctica.
  10. Rutinas: prácticamente todas las sesiones siguen las mismas rutinas: bienvenida y pasar lista, coger material, desplazarnos, calentamiento, parte principal, estiramientos, aseo, vuelta al centro y despedida. ¡Es sencillo, sólo tienes que poner un poco de tu parte!

Después de leer estas normas y tenerlas pegadas en el aro, debemos informar a los alumnos de cuáles son las posibles sanciones en caso de no cumplirlas. Ser conscientes de su incumplimiento les hace ser conocedores de las consecuencias de sus actos, asumir responsabilidades y no frustrarse por no saber qué podía pasar en caso de no cumplir con esta especie de pacto o contrato. Es importante el cambio en el vocabulario y la terminología, en lugar de castigo hablaríamos de consecuencia y sanción.

Una vez realizada esta actividad pasaríamos a otra dinámica que se llama “Pasa por el aro”, en la que deben entrar por un aro, y de manera simbólica “firmar” las normas asumiéndolas como propias. En la práctica pediríamos a los alumnos a que se pusieran en un corro y se dieran la mano, dejando el aro entre las manos entrelazadas de dos alumnos, de manera que todo el grupo debe pasar todo el cuerpo por el aro, dejándolo al lado del siguiente alumno. Para ello necesitará la ayuda del compañero que esté junto a él para poder levantar el aro y poder pasar todo el cuerpo.

Una vez completado todo el círculo, podemos introducir diferentes variantes como puede ser decir la norma que le parece más importante, tomar nota del tiempo que tardan en dar una vuelta y tratar de superarse o incluso de introducir otro aro y jugar a un pillado.

Si durante la sesión sobrara tiempo se pueden realizar otras actividades que mantengan el objetivo de pasar el aro, como por ejemplo poner música y buscar la manera más original de atravesar el aro, o incluso utilizar colchonetas para saltar y atravesar el aro en el aire, pudiendo terminar, por ejemplo, realizando una voltereta. Recordemos del gran potencial que tiene el juego como recurso educativo.

Imagen 1. Pasar por dentro del aro

Imagen 1. Pasar por dentro del aro

Esta sesión, en la que el objetivo es saber cuáles son las normas a cumplir desde el departamento de Educación Física, finalizaría buscando un lugar visible dentro de la instalación en la que dejar el aro con las tarjetas de las normas. Durante la bienvenida o la vuelta a la calma de las siguientes sesiones podríamos hacer un repaso y comprobar si se van cumpliendo o no, o si fuera necesario recurrir a ellas siempre que  algún alumno no las respete.

 

CONCLUSIONES

Como se ha venido tratando en este texto, pretendemos que los alumnos cumplan con una serie de normas en las clases de EF, pero pretendemos hacerlo con un cambio de paradigma, que pase de la imposición a una actitud crítica, donde la responsabilidad hacia su cumplimiento es un acto de madurez y responsabilidad.

La experiencia de que las normas estén presentes, visibles y al alcance ayudan en la convivencia general de los centros escolares, evitando casos de acoso y relajando el ambiente, intentando rebajar así los estados emocionales más tensos e irascibles, y aboliendo posibles comportamientos agresivos que desgraciadamente hoy en día parece que suceden en demasiadas aulas.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  • Erikson, Erik H. (1981), “Identidad, juventud y crisis” Taurus, Madrid:
  • Figura 1. Recuperado de: https://www.pexels.com/es-es/foto/mujer-sostiene-hula-hoop-2813566/
  • Hall, G. S. (1904) “Adolescence: its psychology and its relations to physiology, anthropology, sociology, sex, crime, religion, and education” (Vol. 1 & 2). Appleton & Company
  • Real Decreto 217/2022, de 29 de marzo, por el que se establece la ordenación y las enseñanzas mínimas de la Educación Secundaria Obligatoria
  • Steinberg, L. (1985) “Adolescence” Alfred A. Knopf, New York.

Beatriz Tercero Herrero

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