Educación emocional

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Resumen

Educar la inteligencia emocional de los estudiantes es una tarea necesaria en el contexto educativo y para los docentes es primordial el dominio de estas habilidades para el desarrollo evolutivo, social y emocional de sus alumnos. En este artículo expongo algunos datos que demuestran que la inteligencia emocional es un conjunto de habilidades que el docente debería aprender por dos razones: porque las aulas son el modelo de aprendizaje socio-emocional adulto de mayor impacto para los alumnos y   porque la investigación está demostrando que unos adecuados niveles de inteligencia emocional ayudan a afrontar con mayor éxito los retos cotidianos y el estrés laboral al que se enfrentan los profesores en el ámbito educativo.


¿Qué pensamos? ¿Qué queremos? ¿Qué sentimos?, en la medida en la que prestamos atención a lo que experimentamos se posibilita que tomemos conciencia de lo que realmente nos ocurre. Normalmente asumimos que todo el mundo se da cuenta de lo que siente, pero eso es así sólo hasta cierto punto, si no dedicamos un tiempo a pensar y reflexionar sobre lo que sentimos no se puede llegar a comprender lo que ese sentimiento significa en la totalidad de la persona o en el ámbito más concreto en el que se produce.

La interpretación del propio estado corporal influye sobre la interpretación del estado psicológico, habiendo algo de cierto en la creencia popular de que poner cara de felicidad puede ayudarnos a sentir mejor. Al ver unos niños jugando con sus amigos es frecuente que se produzca en el observador también una sonrisa que  cambia su estado de ánimo. Cuando nos rodeamos de personas alegres termina por contagiarse esa alegría, lamentablemente ocurre lo mismo cuando nos acompañan personas tristes o negativas.

Los procesos emocionales, nuestro estado de ánimo, no sólo interfieren en los racionales sino que son fundamentales para tomar todas las decisiones en todos los ámbitos de la vida, en nuestro día a día. Si nuestras emociones son tan importantes, si son una guía fundamental para formarnos como adultos y desarrollar una vida sana, ¿Por qué no les damos la importancia que se merecen?

Según Cristina Sáez(2012): “Se empuja a las personas a comprar cosas para el embarazo para estar guapas, para cuidar el cuerpo, pero se informa muy poco acerca de cómo conectar corporal y emocionalmente con el bebé, con la idea de que tienen un niño creciendo dentro y de que sus emociones van a influir en su desarrollo”, el 15% de los hijos de las madres más estresadas y ansiosas tenían el doble de riesgo de padecer déficits de atención e hiperactividad.Sabemos que el feto no tiene el desarrollo neurológico suficiente para sentir las emociones de un adulto hasta los tres meses aproximadamente pero sí que tienen sensaciones como placer, saciedad o alarma. El feto percibe las emociones de la madre por lo tanto la educación emocional del niño comienza en el útero y debería de continuar en las diferentes etapas del desarrollo de la persona.

figura 1

Uno de los responsables de enseñar esta educación emocional, aparte de los propios padres en el ámbito doméstico, siempre ha sido, es y será el profesor, en el espacio escolar.

Según el profesor de Psicología Evolutiva en la UNED, Juan Vaello Orts (2009), hoy en día tenemos cada vez más claro que el rol tradicional del profesor, centrado en la transmisión de conocimientos, está cambiando. Esta modificación se debe en parte a las nuevas tecnologías, que permiten al alumno acceder a cualquier conocimiento que necesiten de forma inmediata. De esta forma, el rol de transmisor de conocimientos del profesor queda obsoleto, de lo que se deriva la necesidad de que éste se centre más en aportar una relación emocional de apoyo al alumno. El profesor debe atender a una doble faceta debido a que se encuentra en la situación de líder en el aula: por un lado, debe formar a los alumnos en competencias socioemocionales y por otro lado, debe autoformarse él/ella: para cumplir con su misión; para sentirse mejor y para educar a sus alumnos; para que éstos se sientan mejor. Sólo un profesor emocionalmente competente podrá ayudar a desarrollar en sus alumnos las competencias socioemocionales necesarias para que se genere un clima de trabajo efectivo y de plena convivencia.

Las competencias socio-emocionales, son el factor fundamental que caracteriza a los profesores eficaces, emocionalmente saludables y benéficamente influyentes sobre el alumnado. El profesor emocionalmente competente y convencido de la importancia de la educación emocional puede abrir un horizonte de soluciones y ser resistente a posibles adversidades. El no tomar en consideración la inteligencia emocional en el sistema educativo puede suponer una atrofia de considerables consecuencias para el desarrollo personal y social de la persona.

Por todo ello, es vital, en el sistema educativo actual, esta enseñanza a través de una asignatura concreta que muestre al alumno qué son, para qué nos sirven y cómo auto gestionar las emociones, poniendo a su disposición las herramientas necesarias para que este aprendizaje sea efectivo y enriquecedor, porque no nos olvidemos que el objetivo más básico de la enseñanza y de cualquier profesor no es formar genios de las matemáticas o la física sino formar personas equilibradas y conscientes del mundo que les rodea, capaces de conocerse a sí mismas para poder conectar con el resto, que aparte de poseer conocimientos válidos en diferentes áreas que irá adquiriendo en los distintos cursos educativos conforme a ciertos niveles, también sean capaces de mostrar solidaridad, empatía, amor, compasión, asertividad, capacidad de motivarse a sí mismas, de perseverar en el empeño a pesar de las posibles frustraciones, de controlar los impulsos, de regular sus estados de ánimo, de evitar que la angustia interfiera en sus facultades racionales, de que a pesar del momento y las circunstancias podemos ser felices, cada uno a su manera: serás tan feliz como desees serlo.

Bibliografía

– VAELLO ORTS, J., (2005). Una gestión del aula basada en la Educación Socio-Emocional. Extraído de: https://es.scribd.com/document/15756043/Gestion-Aula-Basada-Educacion-Socio-Emocional.

-VAELLO ORTS, J., (2009). El profesorado socio-emocionalmente competente.  Barcelona, España, Grao.

– EXTREMERA, M. y FERNÁNDEZ-BERROCAL, P., (2002). La importancia de desarrollar la inteligencia emocional en el profesorado. Revista Iberoamericana de Educación (ISSN: 1681-5653).

-SÁEZ C. (2012) Emociones desde el útero. Extraído de: https://www.lavanguardia.com/estilos-de-vida/20120509/54288851311/emociones-desde-el-utero.html.

Referencia de figuras

Figura 1. Bebé niño sonrisa, extraida de: https://pixabay.com/es/beb%C3%A9-ni%C3%B1o-sonrisa-cara-emociones-799956/

 Patricia María Alonso Cánovas

2 pensamiento sobre “Educación emocional

  1. JORGE

    Un artículo muy interesante y multidisciplinar sobre un tema que tanto padres como profesores, debemos interiorizar para conseguir que nuestros hijos o alumnos tengan un desarrollo equilibrado y puedan afrontar un futuro con posibilidades.

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