La importancia de la inteligencia emocional en la escuela

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Breve síntesis del concepto de inteligencia emocional

La Inteligencia Emocional es la habilidad que tenemos los seres humanos para aprender a reconocer nuestros sentimientos, expresarlos, controlarlos, de comprender a aquellos que nos rodean y ser capaces de ponernos en su lugar, es decir, ser empáticos. Es la capacidad que tenemos para superar los obstáculos que se presenten a lo largo de nuestra vida y si los sabemos gestionar de manera correcta será el medio por el que consigamos tener éxito en la vida.

Goleman (1995, p.11) postula que «todos nosotros tenemos dos mentes, una mente que piensa y otra mente que siente, y estas dos formas fundamentales de conocimiento interactúan para construir nuestra vida mental».

La mente que piensa se asocia a la «razón» y Goleman la denomina «mente racional» y la mente que siente al «corazón» y el autor la denomina «mente emocional». El autor postula que:

Habitualmente existe un equilibrio entre la mente emocional y la mente racional, un equilibrio en el que la emoción alimenta y da forma a las operaciones de la mente racional y la mente racional ajusta y a veces censura las entradas procedentes de las emociones (Goleman,1995, p.11).

Si no conseguimos controlar y gestionar nuestras emociones, esto puede tener graves consecuencias en todas las facetas de nuestra vida. Las principales que señala Goleman (1995, p. 147) son las siguientes:

  • Marginación o problemas sociales: tendencia al aislamiento, a la reserva y al mal humor; falta de energía; insatisfacción y dependencia.
  • Ansiedad y depresión: soledad; excesivos miedos y preocupaciones; perfeccionismo; falta de afecto; nerviosismo, tristeza y depresión.
  • Problemas de atención o de razonamiento: incapacidad para prestar atención y permanecer quieto; ensoñaciones diurnas; impulsividad; exceso de nerviosismo que impide la concentración; bajo rendimiento académico; pensamientos obsesivos.
  • Delincuencia o agresividad: relaciones con personas problemáticas; uso de la mentira y el engaño; exceso de justificación; desconfianza; exigir la atención de los demás; desprecio por la propiedad ajena; desobediencia en casa y en la escuela; mostrarse testarudo y caprichoso; hablar demasiado; fastidiar a los demás y tener mal genio.

Por tanto, esto refleja la importancia de tener una salud emocional para que los seres humanos se puedan desarrollar de manera integral en su vida y ser felices.

A medida que pasa el tiempo aparecen más interés y por tanto, mayor número de investigaciones sobre la Inteligencia Emocional. Actualmente existe una organización Collaborative for Academic, Social and Emotional Learning (CASEL) que se encarga a promover e investigar más acerca de este tipo de Inteligencia. Esta organización fue creada en Chicago en el año 2006 y se encarga de desarrollar las competencias emocionales y sociales en los estudiantes desde preescolar . Esta organización ha distinguido las siguientes cinco aptitudes para el desarrollo de la Inteligencia Emocional ( CASEL, 1996).

El desarrollo de nuestra inteligencia emocional está en las manos de cada uno de nosotros y sobre del medio que nos rodea a lo largo de nuestra vida. La niñez es una época muy relevante para desarrollar la Inteligencia Emocional. En esta etapa se debe intentar desarrollarla al máximo posible ya que es un componente importante para saber interactuar con lo que nos rodea en la vida.

Tras la revolución que propició Goleman con su libro, han sido muchos expertos los que se han interesado por el tema de la Inteligencia Emocional y es un concepto que está cada vez más desarrollado y creando más interés en todos los ámbitos de la sociedad, ya que, se podría decir, que la Inteligencia Emocional es la clave para el éxito en la vida, puesto que, si una persona sabe controlar sus emociones y gestionar cada una de las situaciones que se le presenta en la vida sabrá reaccionar de modo adecuado en cualquiera de ellas.

En conclusión, se puede apreciar que hace una década la mente humana carecía de importancia, únicamente importaba la capacidad innata del Cociente Intelectual, medir las capacidades lógico-matemáticas, lingüísticas y qué tipo de individuos iban a tener éxito en la escuela. Esto a lo largo de los años fortuitamente ha ido evolucionado y ha surgido en el ámbito de la psicología una gran preocupación por descubrir más acerca de la mente humana. Gracias a Gardner, se descubrió que existen varios tipos de inteligencia y que todas son independientes entre sí, y que cada persona dependiendo del ambiente que le rodee, desarrollará de menor a mayor medida una u otra. Salovey, Mayer y Goleman, se centraron en un estudio más concreto de lo social, dando lugar así a la Inteligencia Emocional y, como desarrollarla de manera adecuada. Gracias a estas aportaciones, en nuestra mano está tener éxito en la vida o no, el secreto está en empezar a desarrollar estas facetas lo más pronto posible con ayuda, tanto de padres como de docentes como se verá a lo largo de este Trabajo.

¿Por qué inteligencia emocional en la educación primaria?

Según Goleman «toda persona es el resultado de la combinación, en distintas proporciones, entre CI y la Inteligencia Emocional”.(Goleman, 1995, p.34).

Por esta afirmación, las personas se deben desarrollar a lo largo de su vida tanto en su faceta emocional, como en la intelectual. Para conseguir de manera progresiva, un desarrollo integral del individuo tanto cognoscitivo como personal. Por esto, es en la escuela cuando se debe comenzar el desarrollo de la Inteligencia Emocional desde las edades tempranas ya que es a partir de la edad de 5 o 6 años cuando los niños empiezan a tomar conciencia de sus propios sentimientos.

En la etapa de la niñez los niños deben empezar a adquirir la competencia emocional. Se entiende por competencia emocional «como el conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para comprender, expresar y regular de forma apropiada los fenómenos emocionales» (Bisquerra, 2003).

Las cinco competencias emocionales que principalmente se deben adquirir son las siguientes:

  • Asertividad.
  • Responsabilidad.
  • Empatía.
  • Autocontrol.
  • Cooperación.

Así, el desarrollo de las competencias emocionales da lugar a la educación emocional. Concebimos la educación emocional como un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo de las competencias emocionales como elemento esencial del desarrollo integral de la persona, con objeto de capacitarle para la vida. Todo ello tiene como finalidad aumentar el bienestar personal y social (Bisquerra, 2003, p.27).

Por tanto, podemos observar que existe ya un interés en la sociedad actual por la educación emocional y que está presente en las escuelas, como se dice en el párrafo anterior debe ser un proceso continuo que se dé a lo largo de toda la vida para que así el alumno consiga un desarrollo integral. En muchos casos, el fracaso escolar, viene dado por falta de Inteligencia Emocional, ya que, por ejemplo, si un niño es menos propicio o le cuesta más relacionarse con sus iguales, probablemente caerá en depresión o en una rutina de no querer ir al colegio, y, como consecuencia el niño dejará de tener entusiasmo por ir al colegio, y acabará en fracaso escolar.

La escuela es un escenario idóneo para desarrollar esas habilidades emocionales puesto que, es un lugar social por excelencia, ya que los niños tienen la oportunidad de relacionarse con individuos semejantes a ellos. Es un espacio propicio también ya que, es un sitio en el que pasan la mayoría de su tiempo. Además tienen un profesional que les guie y les inculque los valores necesarios para desarrollarse de manera emocionalmente correcta para adaptarse a la sociedad sin problema de ningún tipo y afrontar aquellas adversidades que se le presenten tanto fuera como dentro del contexto escolar.

En España hasta el s. XXI no se ha empezado a tener en cuenta en la educación formal el desarrollo de las emociones en la escuela. Durante el s. XX tanto la escuela como la sociedad han priorizado en los aspectos intelectuales y académicos de los alumnos convencidos que los aspectos emocionales y sociales pertenecen al plano privado de cada individuo (Evans, 2002; Fernández- Berrocal y Ramos, 2002 citado en Fernández- Berrocal, 2008).

El desarrollo de las emociones en el aula empieza a tener importancia en la Ley de Ordenación General del Sistema Educativo Español (LOGSE, 1990) hace referencia al desarrollo integral del individuo, y comienza a tener peso los contenidos actitudinales. Pero es con la Ley Orgánica de Educación (LOE, 2005) donde se señala el desarrollo de las capacidades afectivas como uno de los objetivos principales de la Ed. Primaria (de 6 a 11 años) (Ambrona, 2012).

Con la finalidad de introducir la educación de las emociones en la escuela, se ha generado un movimiento educativo que podemos encontrarlo con diferentes denominaciones como «Educación Emocional» o «Educación Socioemocional». Este movimiento refleja la preocupación de los educadores por cambiar una escuela que se percibe en crisis e incapaz de afrontar los múltiples desafíos de nuestra sociedad. La inclusión de los aspectos sociales y emocionales se aprecia como una posible salida a alguno de los problemas urgentes del sistema educativo (Fernández-Berrocal, 2008, pp. 427-428).

También en otros países o continentes como son el caso de Reino Unido o Estados Unidos se han llevado a cabo programas de desarrollo de la Inteligencia Emocional denominados SEAL «Social and Emotional Aspects of Learning». Son programas a nivel nacional que entrenan habilidades básicas relacionadas directamente con la IE como la percepción emocional, la comprensión emocional o la regulación emocional y aspectos más amplios y de orden superior como la personalidad, la autoestima, la perseverancia, la asertividad, o el optimismo (Fernández-Berrocal, 2008).

El desarrollo de las emociones constituye un motor fundamental de adaptación al medio y al desempeño de manera satisfactoria con la sociabilización entre los individuos. Un correcto desarrollo de esto, conlleva un bienestar psicológico de la persona consigo misma y con todo lo que le rodea, por este motivo, se debe llevar a cabo una educación específica de la Inteligencia Emocional. La escuela es un buen lugar para llevar a cabo el desarrollo de las emociones, porque aparte de ser un lugar social por excelencia como se ha dicho anteriormente; En esta etapa, los escolares son como una «esponja» y absorben todos aquellos conocimientos que se les enseña. A partir de la edad 5 o 6 años, cuando comienza la etapa Ed.Primaria es cuando empiezan a tener consciencia de sus propios sentimientos y es el momento propicio para comenzar a enseñarles cómo manejarlos y desarrollarlos.

En conclusión, el desarrollo y manejo de las emociones es algo que preocupa en varios lugares del mundo. Es un aspecto que desde hace 25 años con la definición de Salovey y Mayer (1990) no ha dejado de evolucionar y que ocupa relevancia en todos los aspectos de la sociedad, ya que, también en grandes empresas y multinacionales, educan a sus empleados en Inteligencia Emocional para obtener unos buenos resultados de marketing y financieros.

Celestina Sánchez Almeida

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