La empatía en Educación Infantil

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1. Introducción

Ponernos en el lugar del otro es un aspecto fundamental para alcanzar el bienestar personal y armonizar el cuerpo y la mente. La estimulación temprana de las capacidades cognitivas de los niños es esencial para su correcta evolución. Lo mismo sucede con la capacidad de empatizar.

Los niños de la etapa de Educación Infantil deben superar el egocentrismo (tan marcado en las primeras etapas de la vida) para comenzar a percibir y comprender las emociones que se producen en su entorno. De esta forma los niños podrán sentirse más seguros desarrollando toso su potencial.

A partir de los tres años, los niños comienzan a tener una conciencia clara de sí mismos y ya son capaces de percibir los sentimientos ajenos. Su énfasis por descubrir su entorno más cercano hace que también indague y reaccione ante las emociones que observa.

Sucesivamente, los niños desarrollan su inteligencia emocional y adquieren las habilidades sociales tan importantes para el futuro.

 

2. Origen y término de empatía

Según Howard Gardner (2001), “la empatía es la habilidad cognitiva de una persona para comprender el universo emocional de otra. Empatía del término griego empátheia y recibe también el nombre de inteligencia emocional”

Para Piaget (1923), “la empatía es la capacidad de ponerse en los zapatos de otros y está estrechamente anclado con el desarrollo cognitivo del niño. Los estadios tempranos de la infancia están caracterizados por el egocentrismo, es decir, el niño mismo se considera el centro del todo”.

Siguiendo las orientaciones del psicólogo Martin Hoffman (2002), psicólogo centrado en la inteligencia emocional: “es precisamente la estrecha relación y cercanía tanto física como emocional que existe entre padres e hijos en la temprana infancia, lo que motiva el desarrollo de sentimientos y respuestas empáticas”.

 

3. El papel de la familia y la escuela en la adquisición de la empatía del niño

La validación emocional es un aspecto clave en la construcción de la responsabilidad afectiva con los hijos, pues la capacidad de reconocer y validar las emociones de los menores, y responder a ella de modo que les haga sentir que sus sentimientos son válidos y comprendidos.

En el momento que los padres o los maestros validan las emociones de los niños, les ayudan a desarrollar una comprensión óptima de sus propias emociones y adquieren seguridad en sí mismos.

Cuando el padre, la madre o el maestro valida emocionalmente al niño está favoreciendo la crianza de la empatía en él. Alguna de las formas que contribuyen a validar sus emociones pueden ser, por ejemplo:

  • Escuchando de manera activa y prestando atención a las emociones del niño.
  • Mostrando comprensión cuando nos expresan sus emociones, diciéndoles cosas como, por ejemplo: “entiendo que estés triste” o “es normal que te sientas frustrado”.
  • Comprobando que el niño se siente seguro y protegido en su presencia.
  • Ayudando al niño a buscar soluciones a los problemas que pueden provocar sus emociones.

 

4. El desarrollo de la empatía

Según Hoffman (2002), la empatía en el desarrollo infantil se divide en cuatro estadios:

  1. Empatía global: durante la primera infancia, el niño muestra un vínculo tan estrecho con sus padres, formando un lazo de dependencia, que le resulta muy complicado discernir entre sus sentimientos y los de ellos, y por ello imita toda emoción percibida.
  1. Empatía egocéntrica: durante el primer año de vida los niños ya son capaces de diferenciar sus pensamientos y sentimientos de los demás a los propios. Todavía en esta etapa sus respuestas de empatía se centran en sí mismos, y por ejemplo, creen que la mejor solución para la tristeza que perciben en los demás es realizando aquello que les hace felices.
  1. Empatía con los sentimientos de los demás: en el periodo que va de los tres años a la pubertad el niño comienza empatizando desde las emociones más simples a las más complejas. A los cuatro años ya es capaz de reconocer la tristeza y felicidad de las demás personas, mientras que a los diez u once años podrá empezar a experimentar sentimientos más complejos como puede ser la decepción.
  1. Empatía con la desgracia general de los demás: durante la adolescencia los jóvenes poseen la capacidad de comprender que cada persona enfrenta la alegría y adversidad dependiendo de sus circunstancias en la vida. Este hecho hace que sus experiencias actuales no se relacionan a una situación inmediata, más bien las conectan con sus vivencias pasadas.
Figura 1.Niños de vista lateral divirtiéndose al aire libre

Figura 1.Niños de vista lateral divirtiéndose al aire libre

Por otra parte, los adolescentes son capaces de experimentar empatía por situaciones ajenas a las que viven, por ejemplo, empatizan con grupos sociales que seguramente no corresponden a una situación personal: los discapacitados, los pobres, los discriminados, etc.

 

 

5. Características para trabajar la empatía

El desarrollo de la empatía debe trabajarse en las aulas, desde la etapa de Educación Infantil, y centrándonos en los siguientes aspectos:

  • Sensibilidad: la empatía está asociada con la sensibilidad de los sentimientos ajenos. A través de los cuentos podemos desarrollar en los alumnos sentimientos y pensamientos, haciendo que se sitúen en el lugar del otro.
  • Capacidad de escucha: si se estimula la capacidad de escuchar de manera sincera al otro, estaremos logrando un nivel de empatía en el niño. Esto quiere decir, que los niños deben ser capaces de involucrarse en la conversación, haciendo preguntas refuerzan lo que el otro les está contando.  A través de la asamblea, invitaremos a que los niños nos cuenten sus sentimientos y los demás les preguntaremos sobre lo que nos cuentan.
  • Pensamiento flexible: en la etapa de Educación infantil los pensamientos de los niños se centran en términos de todo o nada. En clase, en los momentos colectivos en los que se habla de una situación que ha pasado, por ejemplo, en el recreo, los maestros debemos analizar con los niños la realidad de forma moderada y flexible, teniendo presentes los matices que existen en cada situación.
  • Tolerancia: se debe potenciar en los niños el respeto a los demás, por ejemplo, cuando se producen situaciones disruptivas con sus compañeros. Cuando los niños comienzan a comprender que los demás pueden actuar de manera diferente a cómo ellos lo harían, poseen una visión más abierta de las cosas y les permite ser más tolerantes ante otra realidad, desarrollando su nivel de empatía.
  • Habilidades comunicativas: desde la infancia se debe estimular la capacidad para saber expresarse de manera clara y fluida y para interpretar el lenguaje no verbal, para que capten los pequeños matices como gestos, tonos en la voz, miradas, etc.
  • Bondad: cuando los maestros enseñamos a evitar los estereotipos y prejuicios los niños poseen más bondad, pues no juzgan a los demás antes de tiempo y presuponen que los otros son buenos por naturaleza, desarrollando la empatía en el niño.
  • Asertividad: cuando enseñamos a los niños a comunicar sus necesidades y deseos sin que esto suponga menospreciar los de los demás estamos desarrollando su empatía, pues son conscientes de que su actuación podría herir a otra persona. Se debe transmitir el derecho a manifestar aquello que desean, sin que ello conlleve dañar al otro.

 

Conclusión

El niño empático presenta unos comportamientos más conscientes y adaptados, porque pasan de valorar su propia percepción a valorar la de los demás.

Los niños que desarrollan un gran nivel de empatía son menos agresivos, más comunicativos y capaces de expresar sus sentimientos.

Cuando el contexto escolar-familiar fomenta una educación basada en la empatía, desde las primeras etapas de la vida, existirán grandes posibilidades de convertir a los niños en adultos más comprensivos y sociales.

 

Referencias bibliográficas

Gardner, H. (2001). Estructuras de la Mente. Teoría de las Inteligencias Múltiples. Fondo de Cultura Económica. Colombia. ISBN: 958-38-0063-5.

Goleman, D. (1995). La inteligencia emocional. Editorial Kairós. ISBN: 7 88472453715.

Hoffman, M. (2002). Desarrollo moral y empatía: implicaciones para la atención y la justicia. Cornellá de Llobregat: Idea Books.

FIGURA:

Freepik. Foto gratuita de niños de vista lateral divirtiéndose al aire libre (2018). Recuperado de: https://www.freepik.es/foto-gratis/ninos-vista-lateral-divirtiendose-al-aire-libre_11103618.htm#fromView=search&page=1&position=14&uuid=06450dbd-6df2-45a7-ad38-9fac6dd882f0

 

MIRIAM FRANCO MANSILLA

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