Paisajes de aprendizaje: una potente herramienta educativa en Geografía e Historia

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La asignatura de Geografía e Historia no se puede quedar anquilosada en el pasado, y menos su profesorado con el uso solamente de mapas, globos terráqueos, libros de texto, pizarras y tizas. Un aula del siglo XXI exige el diseño de experiencias de aprendizaje, ya que el alumnado aprende, descubre, organiza y transforma el mundo que le rodea a través de ellas porque son divertidas, estimulantes, retadoras y apasionantes. No se basan en aprendizajes del pasado basados en la mera repetición y en el mundo memorístico al contemplar la compresión y la creatividad.
Por eso, el profesor debe organizar el contenido de acuerdo con el orden en el que logre una mayor implicación de los alumnos, llegando en muchos casos a negociar tiempos, modos y herramientas en un proceso puesto al servicio del desarrollo integral y a que cada uno de los estudiantes descubra el aprendizaje al ser algo vivo. Mediante esta herramienta, los estudiantes pueden aprender los distintos contenidos de las materias de una forma interactiva, a través de una historia creada por el docente, que les propone una serie de actividades y retos a resolver.

Figura 1. Captura de pantalla de una Matriz de Programación para la realización de un Paisaje de Aprendizaje, obtenido de la plataforma Genially

Figura 1. Captura de pantalla de una Matriz de Programación para la realización de un Paisaje de Aprendizaje, obtenido de la plataforma Genially

El primer mito o creencia que hay que romper es que los paisajes de aprendizaje son una metodología, como es el Aprendizaje Basado en Proyectos o el Aprendizaje Servicio. Más bien se trata de una herramienta pedagógica innovadora que es el resultado de la unión de diferentes capas metodológicas: las inteligencias múltiples y la taxonomía de Bloom, que nos permitirá crear una matriz de 48 casillas con actividades obligatorias, opcionales y voluntarias de “un modo coordinado y con sentido armónico y organizar la riqueza de los métodos en un espacio coherente y que integra las estrategias cognitivas a lo largo de todo el aprendizaje” (Hernando Calvo, 2015, pág. 49). Las inteligencias múltiples orientan el estilo de cada actividad, mientras que los verbos de la Taxonomía de Bloom dirigen el objetivo, de ahí que enfaticen la evaluación y las estrategias cognitivas necesarias.

Para poder programar con esta matriz, se parte de las enseñanzas mínimas y se redactan las metas de comprensión, de ahí que se diseñe el contenido a través del potencial orden psicológico de la matriz, y no desde el orden propio del libro de texto o del currículo. Una matriz, usada en los paisajes de aprendizaje, que atiende perfectamente el Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA), marco educativo que reconoce que todos los alumnos aprenden de diversas maneras y se benefician de técnicas de aprendizaje diferenciadas en el aula. Esencialmente, el DUA se aplica a las prácticas, espacios y materiales educativos, buscando adaptarse a las diferencias y estilos de aprendizaje individuales en entornos escolares flexibles.

 

Aprendizaje por competencias

Esta herramienta que sigue los postulados de la LOMLOE, como explican Tomé et al. (2021), los paisajes promueven un aprendizaje por competencias gracias a la variedad de sus actividades. De ahí que los contenidos teóricos se ponen al servicio de la práctica, mientras los estudiantes aprenden a través de retos eligiendo las actividades que el docente le marca para alcanzar las competencias, pudiéndolo hacer más concretamente en las voluntarias y las opcionales.

Sea como fuere, los paisajes de aprendizaje ofrecen un modelo de educación personalizada que se caracteriza en primer lugar, por programar contemplando una variedad de actividades; en segundo lugar, por integrar estrategias cognitivas haciéndoles aprender a aprender; a continuación, por incorporar estrategias cooperativas que hará que el alumnado incremente su rendimiento y mejore su motivación; más tarde, por utilizar el conflicto al hacer en las actividades uso de enigmas, preguntas o retos; asimismo por conseguir la autonomía del alumnado, y finalmente, por diseñar experiencias de aprendizaje donde los contenidos se hacen de una manera gradual.

Con los paisajes de aprendizaje se busca la integración de actividades variadas marcadas por el modelo de inteligencias múltiples -lingüística, lógico-matemática, musical, espacial, corporal-cinestésica, naturalista, interpersonal e intrapersonal, y apoyadas en la Taxonomía de Bloom, un modelo que intenta categorizar distintas formas del proceso de evaluación, que se dividen en seis: recordar, comprender, aplicar, analizar, evaluar y crear. En el caso de recordar es traer a la memoria información relevante, mientras que comprender sería constituir nuevos significados a partir de lo aprendido y del nuevo contenido. A su vez, aplicar se basa en demostrar lo aprendido tanto en un contexto conocido como en nuevos, ya que analizar es descomponer el conocimiento en partes para luego operar con ellas y comprobar cómo se relacionan. Por último, se encuentran evaluar y crear, donde en el caso de evaluar se pretende reflexionar sobre el estado del propio aprendizaje, mientras que en el caso de crear es reunir el conocimiento y relacionarlo con elementos culturales para generar proyectos.

 

El diseño de una experiencia de aprendizaje

En los paisajes de aprendizaje, el orden se consigue atendiendo al aspecto psicológico y no a la organización de los contenidos. Y es que las actividades son variadas, partiendo de lo que ya sabe el alumno hasta lo que desconoce, planteando en este caso desafíos o retos. Los paisajes están orientados a un diseño estructurado del material y a la interacción del alumnado con el contenido, que es objeto de aprendizaje. Así, el docente se convierte en diseñador de experiencias de aprendizaje, que tiene en cuenta el resto de las características propias del aula. A su vez, a los alumnos, con los paisajes de aprendizaje, les ayudamos a sentirse responsables de su propio aprendizaje. Al crear un mayor número de actividades, aumenta la posibilidad de generar distintos itinerarios, construyendo un modelo de educación aún más personalizado.

La evaluación en los paisajes de aprendizaje permite no solo calificar sino también medir y ayudar al alumnado a alcanzar sus metas. Ya no es necesario centrarse solamente en el examen, sino que podemos emplear rúbricas, trabajos, presentaciones, roles cooperativos, proyectos, porfolios o pruebas orales. A lo que se puede añadir también una recompensa para que los alumnos que vayan alcanzando los retos propuestos. Además, en el paisaje de aprendizaje se tienen que marcar unas normas y tener muy presente la temporalización. Es importante que al alumnado se le indique unos objetivos donde se diga qué se espera de él y cuándo.

Todo esto debe encajar dentro de un espacio, un entorno: el propio paisaje de aprendizaje. Para ello, se necesita una narrativa o storytelling que permita llegar al alumnado. Para hacerlo, se necesita desarrollar una estrategia narrativa que ayude a los alumnos a sumergirse en una experiencia didáctica que no sea solamente la memorización de datos y cifras. Es importante, ante todo, que sea motivadora. Se debe pensar en algún contenido o temática que les guste a los alumnos, como un videojuego o una serie de televisión.

Figura 2. Captura de pantalla del paisaje aprendizaje Egipto, creada con Genially por el docente de Geografía e Historia Roberto Núñez.

Figura 2. Captura de pantalla del paisaje aprendizaje Egipto, creada con Genially por el docente de Geografía e Historia Roberto Núñez.

En esta narrativa, los personajes y los roles que tendrán los alumnos contarán con un enfoque gamificador de ahí que las tramas y las conclusiones para contar una historia sobre los contenidos didácticos harán que el alumnado sea protagonista de su propio aprendizaje en la asignatura de Geografía e Historia.

Una vez definida la ruta de aprendizaje, las actividades, la evaluación, las normas, las recompensas, la temporalización y la narrativa, todo ello se traslada al mundo digital con la herramienta Genially, que tiene un enorme impacto visual y que cuenta con un enorme banco de plantillas con las que despertar la participación y la motivación en el aula. Gracias a su interactividad, se logra crear una experiencia comunicativa donde no es tan necesaria la memorización, al potenciarse más el pensamiento crítico y la creatividad.

Figura 1. Captura de pantalla de una Matriz de Programación para la realización de un Paisaje de Aprendizaje, obtenido de la plataforma Genially

Figura 3. Captura de pantalla del paisaje de aprendizaje de Egipto que muestra la opcionalidad en tareas obligatorias y optativas.

Como conclusión, hay que señalar que los paisajes de aprendizaje son un instrumento pedagógico para generar entornos de estudio personalizados que desatan la creatividad y la imaginación del alumnado, potenciando el aprendizaje significativo. Los alumnos, con esta práctica educativa, adquieren capacidades que les serán muy útiles para su desempeño profesional en el futuro como son la resolución de problemas y la comprensión de procesos.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

Hernando Calvo, A. (2015). Paisajes de aprendizaje. El Viaje a la Escuela del siglo XXI. Fundación Telefónica, 45-52. https://www.fundaciontelefonica.com/noticias/record-descargas-viaje-escuela-siglo-21-alfredo-hernando/

Tomé, L., Mateos, J.M., Hernández, M.M. y Santos, M.J. (2021). Descubriendo la presión a través de un paisaje de aprendizaje. En C. López (Ed.), Innovación en la formación de los futuros educadores de Educación Secundaria para el Desarrollo Sostenible y ciudadanía mundial (pp. 311-322). Ediciones Universidad Salamanca. https://eusal.es/index.php/eusal/catalog/view/978-84-1311-498-9/5634/6518-1

 

IMÁGENES:

  • Figura 1. Captura de pantalla de una Matriz de Programación para la realización de un paisaje de aprendizaje, obtenido de la plataforma Genially.
  • Figura 2. Captura de pantalla del paisaje aprendizaje Egipto, creada con Genially por el docente de Geografía e Historia Roberto Núñez.
  • Figura 3. Captura de pantalla del paisaje de aprendizaje de Egipto que muestra la opcionalidad en tareas obligatorias y optativas.

ROBERTO NÚÑEZ GUTIÉRREZ

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