La clase de lengua extranjera: una herramienta para desarrollar las habilidades de los alumnos TEA

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Honeybourne, alumna de lenguas extranjeras con TEA

Con frecuencia nos encontramos en el aula alumnos que han sido diagnosticados con trastorno del espectro autista (TEA). Hay un gran desconocimiento al respecto, a pesar de que se habla a menudo de este diagnóstico. Cuando decidí comenzar a investigar al respecto me topé con el testimonio de Victoria Honeybourne, profesora y escritora. Sus contribuciones y sus libros sobre el trastorno del espectro autista habrían supuesto una fuente más de información, pero el hecho de que ella misma hubiera sido diagnosticada con TEA llamó mi atención.

En sus escritos, Honeybourne explica que la posibilidad de aprender lenguas extranjeras durante su adolescencia y los primeros años de su edad adulta le ayudó enormemente a mejorar sus habilidades sociales. Un dato que resulta sorprendente pues erróneamente se da por hecho que los alumnos autistas no quieren relacionarse con los demás. En efecto, pueden suponer un reto para los profesores de idiomas cuando no sabemos bien cómo enfocar las clases para integrarlos en ellas y para que participen sin provocar en ellos sentimientos negativos. No obstante, cabe desmentir lo que se dice acerca de que las personas con TEA no desean relacionarse. En realidad, lo que sucede es que les resulta extremadamente difícil iniciar y mantener amistades debido a su trastorno, lo cual es interpretado por los demás como un rechazo hacia las relaciones sociales.

Autor Geralt. Pixabay.com

El caso particular de Honeybourne demuestra que el aprendizaje de lenguas extranjeras puede ayudar en gran medida a que las personas con TEA superen esas barreras sociales que les separan del resto. En concreto, esta profesora nos cuenta que gracias al estudio de otros idiomas pudo aprender de manera explícita cómo funciona la comunicación, fue capaz de adquirir habilidades conversacionales y consiguió entender diversas normas sociales y culturales. A nivel comunicativo y social, lo que una persona asimila de manera automática y natural se le ha de explicar de manera explícita a alguien con TEA.

Otro factor que ayudó mucho a Honeybourne fue la oportunidad de aprender a usar el vocabulario de manera más precisa que ofrece el aprendizaje de otros idiomas. A ello se le sumó el hecho de viajar al extranjero y vivir fuera de su país de origen, pues, tal y como ella misma confiesa, nadie espera que entiendas las cosas a la primera cuando eres un extranjero. Además, hace hincapié en los beneficios de aprender lenguas extranjeras para los estudiantes diagnosticados con TEA, especialmente durante la Educación Secundaria, ya que es un momento de la vida en el que las oportunidades que se les presentan para centrarse en sus habilidades comunicativas y sociales pueden verse limitadas en otras asignaturas del currículum educativo (Honeybourne, 2016).

La clase de lengua extranjera: una verdadera oportunidad para los TEA

Pixabay.com Autor Tumisu

Personalmente, coincido con Honeybourne en que la clase de lengua extranjera puede ser un medio de gran utilidad para mejorar las habilidades sociales y culturales de los alumnos autistas. Es posible crear el ambiente oportuno para favorecer que se comuniquen de manera espontánea en diferentes situaciones sociales y que apliquen sus nociones académicas de manera funcional. De hecho, las clases de lengua extranjera deben ofrecerles la oportunidad de aprender habilidades conversacionales y de progresar en sus habilidades orales, ya que el objetivo cuando se estudia otro idioma es aprender a comunicarse mediante el mismo. Todo ello puede llevarse a cabo gracias al método comunicativo y puede practicarse a través de actividades de role play. Asimismo, a los estudiantes les ayuda observar comportamientos y escuchar diálogos reales entre personas que hablan una lengua extranjera.

No solo desde mi punto de vista, sino también desde el de expertos en la materia como Mary Caitlin S. Wight, profesora en la Universidad de Buffalo, aprender otra lengua presenta muchas ventajas y proporciona a los estudiantes la oportunidad de investigar además de la nueva lengua y su cultura, las propias (Wight, 2015). Esto se debe al hecho de que, en la clase de lengua extranjera, los estudiantes comparan su lengua y su cultura con las que están aprendiendo, por lo que comienzan a ser capaces de reflexionar y ser críticos con el mundo que les rodea. Debido a esto, la clase de lengua extranjera crea el ambiente perfecto para que los alumnos diagnosticados con TEA obtengan información acerca del funcionamiento de la comunicación y aprendan diversas normas sociales y culturales sin que ellos mismos ni sus compañeros lo vean como algo extraño.

Propuestas genéricas para mejorar las habilidades de los TEA

Antes de exponer algunas de mis propuestas para mejorar las habilidades de los TEA considero que es necesario exponer algunos objetivos establecidos en el currículo de la LOMCE para la asignatura de Primera Lengua Extranjera en Educación Secundaria:

  • Identificación del tipo de texto, soporte y estructura: conversación formal e informal, anuncios, informes, noticias, canciones, historietas, podcast, videoconferencias, etc.
  • Distinción de tipos de comprensión. Sentido general, información esencial y puntos principales.
  • Inferencia y formulación de hipótesis sobre significados a partir de la comprensión de elementos significativos, lingüísticos como distinción entre el sentido literal, inferencial, crítico y estético; y paralingüísticos como modulación y tono de la voz.
  • Técnicas de escucha activa: hacer preguntas para conectar con las ideas de otros, mostrar empatía, no juzgar, parafrasear, emitir refuerzos, resumir para clarificar.
  • Fórmulas sociales y de tratamiento propias de los contactos sociales informales, o formales con una situación de jerarquía.
  • Patrones de comportamiento: movimientos de atención y silencios.
  • Registro: reconocer formas de expresiones propias de situaciones formales e informales.
  • Convenciones sociales: costumbres, normas de comportamiento social, etc.
  • Iniciación y mantenimiento de relaciones personales y sociales: elogiar, invitar, felicitar, brindar, dar la bienvenida, expresión de buenos deseos y reaccionar en esas situaciones.
  • Establecimiento y mantenimiento de la comunicación y organización del discurso: señalar si se sigue una intervención y pedir aclaraciones.

Una vez citados estos objetivos, creo conveniente añadir algunos extra a las clases de lengua extranjera, los cuales considero especialmente importantes cuando se tienen alumnos con TEA:

  • Ofrecer la oportunidad de aprender habilidades conversacionales de manera explícita a través de role play y observación.
  • Mejorar las habilidades orales tales como el acento, el volumen y la entonación.
  • Centrarse en la estructura lingüística, es decir, en la estructura de la frase y en la construcción de vocabulario.
  • Discutir las diferencias y las expectativas sociales y culturales.

En general, las actividades en la sesión de lengua extranjera pueden ser un modo apropiado, divertido y motivador de aprender acerca de las habilidades comunicativas en otra lengua y su cultura. Del mismo modo y como ya he indicado, pueden ofrecer a los alumnos la oportunidad de comparar estas habilidades con las de su lengua y cultura. Cada individuo es único y, por lo tanto, el profesor debe elaborar y poner en práctica estrategias específicas en función del alumno con autismo. Sin embargo, considero que se pueden aplicar algunas estrategias genéricas en el aula de lengua extranjera para adaptarlas a los alumnos con TEA:

  • Proporcionar actividades de aprendizaje diferentes y adaptadas a él.
  • Darle tiempo adicional.
  • Aportar estrategias de aprendizaje explícitas.
  • Reducir la cantidad de contenido que debe asimilar.
  • Realizar revisiones frecuentemente.
  • Explicarle la gramática de manera deductiva y no inductiva.
  • Evaluarle de manera alternativa.

autor Geralt. Pixabay.com

Propuestas específicas para mejorar las tres áreas de dificultad

El trastorno del espectro autista incluye el término “espectro”, pues, a pesar de que las personas diagnosticadas con TEA comparten tres áreas principales de dificultad, su condición puede afectarles de manera muy distinta. Estas tres áreas de dificultad son: interacción social, comunicación social e imaginación social.

En primer lugar, para ayudar a los alumnos con TEA a mejorar sus interacciones sociales, podemos comenzar a construir de forma paciente nuestra relación con él. Al principio será complejo y puede que el alumno no quiera interactuar mucho con nosotros, pero con paciencia y mostrando interés por aquellas cosas que le llaman la atención es posible crear una buena relación profesor-alumno. Poco a poco, el estudiante puede ser emparejado con un alumno más maduro y avanzado que el resto que pueda dirigirle, ayudarle y motivarle día tras día. Ello va a hacer que este alumno se sienta además más útil y motivado a la vez, ya que en ocasiones pierden la motivación por ir más avanzados que su clase. A este respecto, el profesor de lengua extranjera también debe tener en cuenta que el alumno autista puede necesitar su propio espacio personal y estresarse mucho en ciertos momentos. Es por ello que se ha de establecer un sitio en el aula o fuera de ella al que el alumno pueda acudir cuando se sienta mal.

El área de dificultad relacionada con la comunicación social se refiere a las alteraciones de los TEA en sus habilidades de comunicación verbal y no verbal. Por lo tanto, algunos alumnos autistas puede que hablen muy poco pero que comprendan muy bien la lengua extranjera que estudian y que puedan, por lo tanto, ser capaces de llevar a cabo role plays de manera efectiva. En estos casos, actividades como la indicada y otras en las que se fomente la comunicación oral son de gran ayuda para fomentar que el alumno se comunique socialmente. Sin embargo, también podemos encontrarnos con alumnos autistas que hablen demasiado y que necesitan ser redireccionados. En estos casos es mejor escuchar parte del monólogo que realice el alumno, pero ayudarle y guiarle para que concluya lo antes posible.

Finalmente, la imaginación social hace referencia a las capacidades limitadas que poseen los autistas para imaginar y entender las emociones y las intenciones de los demás. De manera natural, el ser humano interpreta y deduce lo que los demás le transmiten, aunque no lo hagan de manera expresa. No obstante, las personas TEA pueden encontrar dificultades a la hora de comprender lo que las personas de su alrededor están sintiendo o expresando si estas no se lo dicen de manera explícita. El objetivo del profesor en este sentido es establecer una clase estructurada en la que los mismos saludos y las mismas rutinas proporcionen un andamiaje al alumno. Asimismo, es mejor proporcionar instrucciones simples con apoyo visual y reglas de clase claras que el alumno pueda seguir con facilidad.

Conclusión

El trastorno del espectro autista es una discapacidad bastante común en el aula, ya que uno de cada cien niños es diagnosticado con ella según algunos estudios epidemiológicos realizados en Europa como Autism-Europe aisbl 2015. Pese a este dato, los docentes solo encontramos casos leves de autismo, pues los más graves necesitan ser escolarizados en centros especiales. Por ello, es aconsejable hacer todo lo posible por integrarlos en la clase y proporcionarles las mismas actividades y explicaciones que al resto. Lo adecuado, por tanto, es adaptar la asignatura en general para que este alumnado se integre y mejore sus habilidades. De hecho, las propuestas que indico no perjudican para nada al resto de alumnos, sino que les benefician.

En especial, creo que es totalmente posible mejorar las habilidades sociales y comunicativas de los alumnos autistas y que la asignatura de lengua extranjera es una herramienta increíblemente útil para hacerlo. Lo único que se necesita es conocer sus áreas de dificultad y, en función de cada una de ellas, aplicar ciertas estrategias que les beneficien.

Referencias y Bibliografía

Honeybourne, Victoria (2016, June 6). Guten Tag! Bonjour! Hola! Why foreign languages have a place in autism education.

Ley orgánica para la mejora de la calidad educativa (LOMCE) (Ley Orgánica 8/2013, 9 de diciembre. Boletín Oficial del Estado, nº 295, 2013, 10 diciembre.

Wight, Mary Caitlin S. (2015). Students with Learning Disabilities in the Foreign Language Learning Environment and the Practice of Exemption. In American Council on the Teaching of Foreign Languages, Foreign Language Annals (pp. 39–55). Buffalo, United States of America.

Claudia Fernández Beltrá, Profesora de Alemán en la Escuela Oficial de Idiomas de Benidorm (Alicante)

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