La importancia de la lateralidad en el rendimiento escolar

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Atendiendo a diversos autores como Ferré y Aribau (2002), el Diccionario de Psicología de Dorsch (1985), Harris (1961), Romero (2000) o Wallon (1965) la lateralidad se puede definir como la preferencia de uso de un lado del cuerpo sobre el otro, incluyendo todas las partes que componen el esquema simétrico del cuerpo (ojos, oídos, pies, manos e incluso órganos) en la que un hemisferio cerebral predomina sobre el otro implicando al sistema nervioso y pudiéndose definir mediante experimentación.

Muchos son los casos de fracaso escolar en los que el establecimiento de la lateralidad podría ser el mayor causante, en cambio pocos son los profesionales que se hayan planteado que este fracaso podría ser debido a un problema de lateralidad, aunque se ha demostrado que es una de las causas más frecuentes de fracaso escolar. Y es que, realmente, el alumnado que cuente con una lateralidad bien establecida podrá hacer frente más fácilmente a las demandas académicas.

La lateralidad forma parte de todos, pues todos somos diestros o zurdos y esta definición no es capricho si no el desarrollo de nuestro sistema nervioso que si no evoluciona correctamente y encuentra estabilidad en la etapa escolar derivará en dificultades de aprendizaje por parte del sujeto, pues su cerebro no conseguirá ordenar la información correctamente.

CUERPO CALLOSO Y LATERALIDAD

El cuerpo calloso consiste en un conjunto de fibras nerviosas llamadas axones que enlazan los dos hemisferios cerebrales. Esta conexión permite a los dos hemisferios intercambiar la información que recibimos ya que cada uno es independiente y controla su propia información.

A pesar de no saber exactamente qué influencia tiene el cuerpo calloso en cuanto a la lateralización de las funciones podemos afirmar que éste conecta ambos hemisferios directamente y a un nivel superior favoreciendo así el aprendizaje, ya que ayuda a comprender e interpretar la información e integra las coordenadas espacio-temporales que nos permiten ordenar la información física, emocional y mental proveniente de ambos hemisferios.

LATERALIDAD Y RENDIMIENTO ESCOLAR

Es cierto que puede haber niños y niñas con lateralidad mal establecida que aprueben, aunque también debe considerarse que los niños y las niñas que tengan su lateralidad bien definida disfrutan de una serie de ventajas en el ámbito escolar. Y es que la lateralidad tiene una incidencia en el rendimiento escolar desde los procesos de aprendizaje, lo que marcará la diferencia entre los niños con lateralidad definida, más rápidos en sus tareas y con mayor deseo de aprender, y los niños y niñas que no cuentan con una lateralidad bien definida, los que se encontrarán con que no sienten su tiempo aprovechado pese a poner mayor esfuerzo y voluntad que sus compañeros.

Influyendo la lateralidad en los procesos de aprendizaje hace que el conocimiento de la dominancia lateral de los alumnos, por parte de sus docentes, sea muy conveniente ya desde la etapa de Educación Infantil. Algunos estudios han probado que existe una relación directa entre lateralidad y rendimiento escolar; otros muchos plantean su influencia directa en casos de bajo rendimiento escolar. Además, un estudio realizado por el Instituto de Neuropsicología y Educación de Santiuste, de Ayala y Martín (2005) donde se estudia el rendimiento escolar de 200 niños de Primaria (100 que aprueban todo y 100 que suspenden al menos dos asignaturas) pone de manifiesto cómo el grupo de alumnos y alumnas que aprueban cuentan con un mejor desarrollo neuropsicológico en más de cuarenta factores, entre ellos espacio-temporales, lenguaje o memoria, directamente relacionados con la lateralidad. Por último, estudios como el de Rosa, Camargo, Marília, Nunes, Florênci y Schilling (2013) han demostrado como mediante un correcto desarrollo psicomotor los alumnos de edad escolar presentar mejor rendimiento en sus aprendizajes escolares.

EJEMPLOS DE ACTIVIDADES EN EL AULA

Actividades de desarrollo motriz y espacio-temporal

  • Desplazarse a un lado y a otro corriendo, andando, saltando…
  • Gatear por el suelo.
  • Botar una pelota de goma.
  • Golpear una pelota con el pie.
  • Desplazamientos: caminar libremente por la sala de puntillas, de talones, agachado, al ritmo de una melodía, a la pata coja…
  • Equilibrios estáticos; en posición de pie y sin mover los pies, inclinarse hacia la izquierda, luego hacia la derecha.
  • Mantener el equilibrio con un solo pie y luego con el otro.
  • Pasar por encima de un banco sueco sin caerse.
  • Colocar una serie de aros. Pasarlos una vez con el pie derecho dentro y el izquierdo fuera. Luego, al contrario.
  • Colocar dos aros uno a la derecha y otro a la izquierda. Lanzar una pelota al aro que está a la derecha y después a la izquierda.
  • En posición de pie: dos pelotas; una roja y otra azul. Coger la pelota roja con la mano derecha y la azul con la izquierda.
  • Poner el pie derecho encima de la pelota roja y después el pie izquierdo encima de la pelota azul.
  • Jugar a los bolos con lanzamiento de manos y luego de pies.
  • Juegos manipulativos: Tangram: realizar las figuras que le ordenen sus padres.

Actividades de desarrollo visual

  • Hacer el seguimiento de un dedo con los ojos de un dedo sin mover la cabeza.
  • Mirar el dedo de una u otra mano según el número que diga el mestro: 1 mirar el dedo de la mano derecha; 2 mirar el dedo de la mano izquierda; sin mover la cabeza, sólo los ojos.
  • Taparse el ojo dominante para mirar de cerca.
  • Taparse el ojo dominante para mirar de lejos.
  • Acercarse de lejos acerca un papel al ojo no dominante.
  • Mirar de cerca y después de lejos por el orificio de un papel con el ojo no dominante.

Actividades de desarrollo auditivo

Realizar juegos o tareas en los que el niño utilice su lado no referente:

  • Títeres
  • Marionetas
  • Hablar por teléfono
  • Paseos por la ciudad y reconocer los diferentes sonidos de: coche, autobús, ambulancia, moto, timbre, claxon, …
  • Paseo por el parque o por el campo e identificar el sonido de: pájaros, agua de las fuentes, riachuelos, cigarra, animales domésticos, …

BIBLIOGRAFÍA

  • Dorsch, F. (1985). Diccionario de Psicología. Barcelona: Herder.
  • Ferré, J. y Aribau, E. (2002). El desarrollo neurofuncional del niño y sus trastornos. Barce-lona: Lebón.
  • Harris, A. J. (1961). Manuel d’application des tests de latéralité. París. Citado por G. Ler-bert, La lateralidad en el niño y en el adolescente: niños diestros, niños zurdos (1977). Pa-rís: Marfil.
  • Romero, C. (2000). Las capacidades perceptivo-motoras y su desarrollo. Lateralidad. En M. Ortiz, Comunicación y lenguaje corporal (Pp.115-169). Granada: proyecto Sur Ediciones.
  • Rosa Neto, F., Camargo Xavier, R. F., Marília dos Santos, A. P., Nunes Amaro, K., Florênci, R. y Schilling Poeta, L. (2013). Cross-dominance and reading and writing outcomes in school-aged children. Rev. CEFAC, 15(4):864-871.
  • Santiuste, V., Martín Lobo, M. P. y Ayala, C. (2005). Bases neuropsicológicas del fracaso escolar. Madrid: Fugaz.
  • Wallon, H. (1965). Fundamentos dialécticos de la psicología. Buenos Aires: Proteo.

Marta Rodríguez Espallargas

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