La NEUROEDUCACIÓN ¿Sabemos lo que es?

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El estudio del cerebro y cómo funciona ha sido el gran interrogante durante décadas. Hoy en día sabemos mucho mas acerca del funcionamiento de este órgano pero todavía queda mucho por descubrir.

Entre 1990 y el año 2000 se produce lo que se conoce como “Década del cerebro”. Durante este periodo no solamente se producen grandes avances científicos orientados a descubrir el funcionamiento del cerebro, sino que la neurociencia comienza a fusionarse con otros campos como el marketing (neuromarketing), la economía (neuroeconomía) o en 1999 con la educación (neuroeducación).

¿Qué es la Neuroeducación?

Según Tokuhama-Espinosa (2008), la neuroeducación es la fusión de las neurociencias con la psicología y la educación o pedagogía.

Figura 1. La Neuroeducación según Tokuhama-Espinosa (2008)

Battro (2012) señala la importancia de que cualquier definición de neuroeducación tenga en cuenta los dos aspectos que la conforman:

  • la parte de las ciencias naturales
  • la parte de las ciencias sociales

De esta manera podemos determinar que Neuroeducación es una “nueva línea de pensamiento y acción que tiene como principal objetivo acercar a los agentes educativos a los conocimientos relacionados con el cerebro y el aprendizaje, considerando la unión entre la Pedagogía, la Psicología Cognitiva y las Neurociencia.(Campos, 2010).

La neuroeducación y el aprendizaje.

Los estudios realizados acerca del proceso de aprendizaje desde el punto de vista neuronal, afirman que la característica más importante con la que cuenta nuestro cerebro es la plasticidad. Pero, ¿Qué es la plasticidad neuronal?

La neuroplasticidad, es el concepto que hace referencia al modo en el que nuestro sistema nervioso cambia a partir de su interacción con el entorno. Ni siquiera en el caso de los gemelos monocigóticos esta interacción es idéntica, lo cual significa que cada persona percibe el mundo y actúa sobre él de una manera diferente, dependiendo de la secuencia de contextos que le toque vivir.

La plasticidad neuronal, surge desde el nacimiento hasta la edad adulta aunque está demostrado que hay “periodos sensibles” en los que la actividad neuronal y plasticidad están en máximo apogeo. Nos referimos a la primera infancia.

Cuando nacemos, nuestras neuronas comienzan a establecer conexiones entre ellas (sinapsis) en función de nuestras experiencias e interacciones con el entorno. A su vez, otras conexiones realizadas pero no significativas, desaparecen. Esta capacidad de creación de nuevas redes o modificación de las que ya poseemos se conoce como plasticidad, y el proceso que realiza el cerebro a través de la plasticidad, como aprendizaje.

Esto tiene dos implicaciones importantes para la educación: 

  • Tenemos la capacidad de aprender a lo largo de toda la vida, pero las conexiones neuronales que establecemos dependerán de las experiencias que vivamos y las necesidades que tengamos. 
  • Cada cerebro es único, ya que las conexiones son diferentes en cada uno de nosotros.
  • La capacidad de creación y modificación que tiene nuestro cerebro es lo que nos diferencia de otras especies y lo que hace que podamos aprender durante toda nuestra vida.

La plasticidad, como el aprendizaje, pueden ser de dos tipos :

  1. Expectante a la experiencia. Depende de la información genética, así como de los “periodos sensibles” en los que la actividad neuronal es mayo y por tanto es más probable que ocurra cierto evento biológico particular
  • Dependiente de la experiencia. Depende de las experiencias vividas como consecuencia de la interacción con el entorno que nos rodea.

Battro (2012) define “aprendizaje” desde el punto de vista neuroeducativo afirmando que es “el cambio en las estructuras y los correlatos funcionales del cerebro como consecuencia de una experiencia con el medio que modifica los parámetros cognitivos y emocionales, aportando una nueva conectividad de vías neurales que quedan impregnadas en la memoria

Figura 2. Conexiones neuronales

Si la neuroeducación se centra en comprender cómo el cerebro actúa en el aprendizaje, este mismo autor, señala los principales ámbitos que debería abordar:

  1. El funcionamiento del cerebro en el aprendizaje mediante el uso de las técnicas neurocientíficas.
  2. El diseño de metodologías docentes teniendo en cuenta cómo aprende el cerebro humano.
  3. La revisión de las metodologías educativas tradicionales sobre el sujeto dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje.
  4. El estudio de los «neuro-mitos». Entendidos como término que hace referencia a las creencias no científicas, no científicamente probadas, sobre el cerebro en la cultura médica 
  5. La intervención sobre el comportamiento infantil y adolescente a través de psicofármacos que modifiquen su desarrollo neurobiológico

Neuromitos

Durante el transcurso del estudio de las aplicaciones de las neurociencias a la educación, son muchos los “neuromitos” que se han creado. Es importante señalar que dentro del término se engloba:

  • Hechos que han sido demostrados científicamente que son falsos
  • Hechos que no han podido ser probados científicamente y por tanto no hay evidencias de que favorezcan el aprendizaje. (aunque tampoco de que lo perjudiquen)

Algunos de ellos son:

  • Teoría de las inteligencias múltiples de Gardner: aunque tiene un indudable valor pedagógico, no tiene base neurocientífica.
  • Estilos de aprendizaje: tampoco se ha demostrado que cada uno de los estilos de aprendizaje responda a una distinta actividad cerebral o a una determinada zona del cerebro.
  • Solo utilizamos el 10% de nuestro cerebro (Tokuhama-Espinoza, 2011): es imposible medirlo ya que, como hemos señalado en cada proceso cognitivo intervienen partes diferentes y en cada persona el proceso es también distinto
  • El cerebro es ilimitado: el cerebro, como todos los órganos, es limitado, aunque al igual que con el anterior neuromito no somos capaces todavía de hacer la medición.
  • Existen diferencias cerebrales en función de las diferentes etnias. Cada cerebro es único.
  • Los hombres y las mujeres piensan diferente.
  •  Los niños solo pueden aprender un idioma a la vez. Las investigaciones han demostrado que podemos transferir los conocimientos adquiridos sobre un idioma a otro y que es positivo aprender varios idiomas a edades tempranas.
  • Entornos enriquecidos: Howard Jones señala que, más allá de que se trata de un neuromito, pueden ser incluso negativo exponer al bebé a demasiados estímulos, ya que se obliga al cerebro a crear demasiadas sinapsis en vez de fortalecer las que son necesarias.

Conclusión

La Neuroeducación nos explica cómo aprende el cerebro, y por tanto, como docentes, debemos sumergirnos en el mundo de la Neuroeducación para así poder tomar decisiones acerca de nuestra práctica en las aulas desde el conocimiento científico.

Después de lo aquí expuesto, se puede concluir con una serie de ideas clave:

  • El aprendizaje depende de la plasticidad y ésta de la carga genética pero también de las experiencias vividas. Podemos favorecer este proceso desde la escuela.
  • Respetar los ritmos. Cada niño es único y el proceso de acomodación y asimilación de cada uno determina los diferentes ritmos de aprendizaje. No podemos pretender que aprendan todos lo mismo y al mismo tiempo.
  •  Este proceso se da a lo largo de toda la vida, aunque es más intenso en los primeros años de vida. Debemos aprovechar este “periodo sensible” ya que se da en edad escolar.  
  • Cada cerebro es único. Desde la escuela debemos ofrecer actividades adaptadas a las necesidades de cada alumno, pues cada uno de ellos lo procesará de forma diferente.
  • En el aprendizaje se involucra todo el cerebro.

Por último, no podemos olvidar el papel de las emociones en el aprendizaje. En el campo de la neurociencia se ha demostrado que las emociones juegan un papel fundamental para mantener la curiosidad, comunicarnos, procesar la información y tomar decisiones, es decir, las emociones están ligadas a los procesos cognitivos y, por tanto, al aprendizaje (Damasio, 1994).

Para finalizar, son muchas las teorías emergentes acerca del proceso de aprendizaje. Como docentes debemos estar formados e informados sobre todas ellas para poder afrontar el proceso de toma de decisiones referentes a nuestra aula de manera adecuada. Si comprendemos aprenden nuestros alumnos, podremos comprender las particularidades que hacen que cada uno de ellos tenga diferentes necesidades, y por tanto poder actuar ofreciendo una educación de calidad para todos ellos.

Bibliografía

Battro, A. M. (2012). Neuroeducación: el cerebro en la escuela. La pizarra de Babel: Puentes entre neurociencia, psicología y educación.

Campos, A. (2010). Neuroeducación: uniendo las neurociencias y la educación en la búsqueda del desarrollo humano. La Educación. Revista Digital, 143, 1-14.

Llorente, C; Oca, J., Solana, A. y Ortiz T (2012) Mejora de la atención a de áreas cerebrales asociadas en niños de edad escolar a través de un programa neurocognitovo. Participación educativa.

Mora, F. (2009) Cómo funciona el cerebro. Madrid, Alianza Editorial.

Mora, F. (2016) Neuroeducación. Madrid, Alianza Editorial.

OCDE (2007). Understanding the Brain: The Birth of a Learning Science. Obtenido de: https://pdfs.semanticscholar.org/4713/92e5a62b9b4c06d4a1d65731b7b893aa572c.pdf

Ortiz, T (2009) Neurociencia y educación. Madrid Alianza Editorial

Tokuhama-Espinosa T.N. (2008). The scientifically substantiated art of teaching: a study in the development of standards in the new academic field of neuroeducation (Mind, Brain, and Education Science), Capella University,

Tokuhama-Espinosa, T. (2011). Mind, Brain, and Education Science: a comprehensive guide to the new brain-based teaching. Nueva York: W. W. Norton.

Figuras

Geralt (2016). Figura 2. Conexiones neuronales [fotografía]. Recuperado de: https://pixabay.com/es/illustrations/neuronas-c%C3%A9lulas-del-cerebro-1739997/

 Tokuhama-Espinosa (2008). Figura 1. .  La Neuroeducación según Tokuhama-Espinosa [gráfico]. Elaboración propia.

ANA SANAGUSTÍN NAVARRO

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