1. Introducción
En el mundo actual, las habilidades de pensamiento crítico se han vuelto cada vez más importantes para los estudiantes. Una forma de desarrollar estas habilidades es mediante el uso del cine en el aula. Y es que, el análisis de cuestiones y temas complejos presentados en formato de películas permitirá que los estudiantes inmediatamente aprenden que tienen que cuestionarse planteamientos, que asimismo deben evaluar evidencias y, por último, necesitan desarrollar habilidades de razonamiento y argumentación. En este artículo, exploraremos cómo se puede utilizar el cine para enseñar habilidades de pensamiento crítico, para terminar, discutiendo los desafíos y beneficios del uso del cine para el pensamiento crítico.
2. Los medios audiovisuales.
El medio audiovisual es el soporte más utilizado para la comunicación en la sociedad de la información. En el ámbito académico, en todos los niveles educativos, especialmente en Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, y más concretamente en la asignatura de Geografía e Historia, se hace uso de elementos audiovisuales por parte del profesorado con un desconocimiento del medio en sí y su lenguaje.
Las funciones de los medios audiovisuales en el aula son las siguientes (Adame, 2009):
- El fomento a la participación e interés por un tema, así como la opinión crítica en los debates que se crean
- El desarrollo de la creatividad, haciendo que el alumnado se pueda ejercitar en la utilización integral de materiales y evitando, por tanto, el aprendizaje memorístico
- La ayuda al alumnado en la comprensión de su propio entorno y contexto social
- El que facilita el aprendizaje por descubrimiento, ya que las imágenes permiten contrastar información
- La mejora del proceso educativo, mediante la posibilidad de grabaciones de vídeos, que fomenten la retroalimentación
Los medios audiovisuales de carácter didáctico están divididos en: medios visuales y medios acústicos. Así, por un lado, los medios visuales son aquellos que utilizan la imagen y el texto de manera que pueda exponerse en pantallas a través de diapositivas y de la pizarra digital. Por otro lado, los medios audiovisuales no proyectables serían, por ejemplo, las pizarras y las fotografías. A estos se suman los medios acústicos, que utilizan el sonido emitido de manera directa o grabado en distintas formas de registros: radio, discos, etc. Asimismo, también existen los medios audiovisuales que combinan imagen y sonido como puede ser el cine, la televisión, etc. Estos últimos van a ser sobre los que centraremos este artículo.
El uso del cine en el aula se suele limitar a la proyección de creaciones audiovisuales, seleccionados aleatoriamente por el profesor en base a los contenidos que le interesa abordar en la clase, limitándose a la trama del relato contado en el filme, y no atendiendo a las posibilidades que un correcto conocimiento del medio y de su lenguaje pondrían a su alcance.
El cine como recurso didáctico tiene múltiples ventajas debido a que es considerado una forma de entretenimiento. Por esta razón, se puede utilizar perfectamente en las aulas como un recurso para la enseñanza, puesto que facilita la realización de numerosas actividades relacionadas con un tema a tratar. Así, pues, el visionado de una película o un capítulo de una serie resulta entretenido y puede desembocar en un debate, beneficiando así al alumnado en su proceso de desarrollo del pensamiento crítico, en un trabajo grupal o en la simple búsqueda de ampliación sobre el tema.
Un conocimiento del medio audiovisual permite no solo su empleo como herramienta educativa, sino también como prueba documental de los incumplimientos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y, al mismo tiempo, en un elemento de la divulgación y propagación de estos dentro de las aulas.
3. Habilidades de pensamiento crítico, desafíos y beneficios.
El cine puede ser una poderosa herramienta para desarrollar habilidades de pensamiento crítico en el aula. Uno de los principales propulsores del pensamiento crítico es Paulo Freire, quien en varios de sus trabajos planteó que la educación es una práctica absoluta de la libertad. Su propuesta pedagógica gira alrededor de los procesos formativos que deben generar un “hombre nuevo” consciente de su realidad y comprometido con su transformación, para la constitución de vínculos sociales solidarios en este mundo (Sánchez, Sandoval, Goyene, Gallego y Aristzaba, 2018). Es más, según el psicólogo y pedagogo Dewey, el pensamiento crítico es la habilidad de pensar sobre el propio pensamiento con el fin de mejorarlo, volverlo más claro, más exacto o acertado. Y todo ello lo puede hacer perfectamente el cine en las aulas.
Las películas suelen presentar cuestiones y temas complejos que pueden analizarse y discutirse, lo que anima a los estudiantes a cuestionar suposiciones y prejuicios. Por ejemplo, las películas históricas se pueden utilizar para analizar la precisión y los prejuicios históricos, mientras que las películas actuales se pueden utilizar para explorar cuestiones como la justicia social, la ética y los derechos humanos.
Posiblemente, un profesor de Geografía e Historia encontrará en sus libros de texto cómo analizar una película desde su contexto histórico. Y es que el cine histórico nos muestra el testimonio de la sociedad de una época a través del cual podemos plantear el conocimiento del pasado y reflejarlo en nuestra sociedad presente. Pero la mirada del cineasta es siempre subjetiva y nos propone una determinada interpretación de ese pasado, que refleja la mentalidad y las preocupaciones del momento actual.
Un ejemplo de ello es el filme “La Ola” del director alemán y guionista Dennis Gansel, preocupado por la cuestión: ¿puede volver a ocurrir hoy en día algo como el nazismo?, que nos invita a reflexionar sobre cómo individuos normales en una sociedad normal, ante una nueva situación colectiva que les incite a la violencia y a la obediencia ciega, pueden llegar a tener comportamientos que nunca habían imaginado, incluso en contra de su propia conciencia y sus principios. El filme acaba generando preguntas en el espectador de gran trascendencia, como puede ser: ¿cómo me hubiese comportado yo ante La Ola? Así, el análisis de una película consta de las siguientes partes: presentación, trama argumental y personajes, interpretación y contexto histórico y valoración.
Al abordar estos temas, los estudiantes pueden desarrollar habilidades para llevar a cabo la evaluación de evidencias, razonamientos y argumentaciones. Además, al analizar películas, el alumnado puede aprender a identificar y replantearse estereotipos y representaciones de grupos marginados. Por ejemplo, se pueden estudiar y criticar películas que representan a personas de color o personas LGTBIQ+ desde una perspectiva estereotipada o negativa. Este proceso puede ayudar a los estudiantes a desarrollar una perspectiva crítica y a contribuir a que sean más conscientes de sus propios prejuicios y suposiciones, para finalmente ver cómo ellos harían para acabar con esos prejuicios.
Existen numerosos ejemplos de lecciones de pensamiento crítico que se pueden enseñar utilizando el cine. Las películas históricas se pueden utilizar para analizar la precisión y el sesgo histórico. Se puede solicitar a los estudiantes que investiguen los eventos descritos en la película y los comparen con registros históricos para más tarde evaluar la precisión de la representación del filme. Aparte, también se puede pedir a los estudiantes que consideren las perspectivas de los diferentes personajes que aparecen en la película y que, además, evalúen los sesgos y suposiciones que se presentan tomando un espíritu crítico.
Igualmente, las películas se pueden utilizar y emplear para enseñar a tomar decisiones éticas. Se puede pedir a los estudiantes que evalúen las decisiones tomadas por los personajes en el filme y que consideren cursos de acción alternativos. Este proceso puede ayudar a los estudiantes a desarrollar sus propias habilidades de toma de decisiones éticas.
Por último, las películas también se pueden utilizar para enseñar habilidades de alfabetización mediática. Se puede solicitar a los estudiantes que identifiquen y critiquen estereotipos y representaciones de grupos marginados en las películas. Al analizar y criticar estas representaciones, los estudiantes pueden volverse más conscientes de las formas en que los medios dan forma a nuestra comprensión del mundo y usan en más de un caso la manipulación para que tomemos partido por uno u otro intérprete.
Finalmente, si bien el cine puede servir como herramienta poderosa para enseñar habilidades de pensamiento crítico al alumnado, también pueden existir múltiples desafíos al utilizar y emplear este medio en el aula. El desafío, más común, es la necesidad de una selección cuidadosa de las películas para evitar reforzar prejuicios o estereotipos entre los alumnos. Los profesores deben ser conscientes de los mensajes que transmiten las películas y asegurarse de que presenten una visión equilibrada y matizada del mundo.
A pesar de este desafío, el docente no debe tener miedo por no encontrar una visión equilibrada y debe lanzarse con la elección de un filme porque verdaderamente existen numerosos beneficios al utilizar el cine para el pensamiento crítico. Las películas pueden involucrar a los estudiantes y facilitar el aprendizaje al presentar cuestiones y temas complejos de una manera visualmente convincente. Los filmes pueden proporcionar una gama rica y diversa de perspectivas, permitiendo a los estudiantes explorar diferentes culturas, acontecimientos históricos y cuestiones sociales.
Ver películas puede estimular la imaginación y la creatividad de los estudiantes, animándolos a pensar de forma innovadora y desarrollar nuevas ideas y soluciones, ya sea en formato oral, escrito o audiovisual. Además, las películas pueden crear una conexión emocional con los estudiantes, fomentando la empatía y la comprensión en los ciudadanos del siglo XXI, y al mismo tiempo desafiando sus creencias y suposiciones.
4. Uso del cine para promover el pensamiento crítico en las aulas.
El pensamiento crítico es una habilidad crucial que los estudiantes y los profesores deben desarrollar en el aula, ya que promueve una comprensión más profunda del mundo, un pensamiento cada vez más independiente y, por último, una mayor capacidad de resolución de problemas. Y es que la incorporación del cine al aula permite a los estudiantes abordar temas e ideas complejas de una forma visual e interactiva que les es más cercana, ya que ellos son herederos de la sociedad de la información.
Cuando un profesor, tras el visionado de una película, trabaja con sus estudiantes un cine fórum, lo que consigue es alentar a los alumnos a analizar, cuestionar y evaluar los mensajes transmitidos en las películas. Con ello, los docentes logran jóvenes más activos y comprometidos con su medio más cercano, pero también con los problemas locales, regionales, nacionales e internacionales.
Para incorporar eficazmente el cine en el aula para promover el pensamiento crítico, los profesores pueden utilizar una variedad de estrategias:
- proporcionar a los estudiantes preguntas de debate antes y después de la película
- animarlos a analizar e interpretar los temas y mensajes transmitidos en la película
- pedirles que comparen y contrasten diferentes películas o perspectivas
- utilizar las películas como trampolín para futuras investigaciones y exploraciones, animando a los estudiantes a profundizar en los temas presentados en la película
- fomentar el amor por el cine y una apreciación más profunda del poder de la narración visual
El profesorado de Geografía e Historia, pero también de otras especialidades cuenta con programas innovadores educativos que a uno le pueden ayudar a promover el pensamiento crítico en las aulas. Para ello existe la plataforma Platino EDUCA con más de 240 obras audiovisuales para ayudar a los centros educativos en el uso del cine en las aulas para abordar el pensamiento crítico. Los filmes, en español e inglés, cuentan con material pedagógico para que los docentes puedan usar en sus respectivas clases.
Un ejemplo, tomado de esta herramienta educativa, es el cortometraje de animación “Minotauromaquia, Pablo en el laberinto”, creado en 2004 por Juan Pablo Echeverry, que se puede usar en la materia de Historia del Arte. El corto hace uso del famoso mito del laberinto del Minotauro para que el espectador pasee visualmente por la obra del pintor haciéndose referencia al aguafuerte Minotauromaquia de 1935, Las señoritas de Aviñón de 1907, Paul de arlequín de 1924, Mujer llorando de 1937 y Guernica de 1937, entre otras, y el proceso de la creación creativa.
El docente cuenta con un material pedagógico para hacer preguntas y actividades antes del filme como qué obras de Picasso conoces o bien dividir la clase en grupos para investigar sobre la trayectoria del artista. También plantea un análisis narrativo de una secuencia clave para que el alumno responda a preguntas y busque entender qué representa el laberinto. Finalmente, desarrolla actividades después del visionado del cortometraje como responder cuestiones, elaborar un ensayo o investigar sobre la trayectoria de un artista contemporáneo. Asimismo, la plataforma ayuda al profesorado con su guía didáctica a informarse más con otros filmes, libros y páginas web.
Pero también el profesor puede enseñar con el visionado de los filmes lenguaje cinematográfico, fijándose, en primer lugar, en el guion y la narrativa. Para a continuación, centrarse en el encuadre, la composición y en la angulación de la cámara. Terminando, finalmente, en el sonido, la iluminación y el montaje. Si uno ha conseguido todo esto en un curso académico con su alumnado, al siguiente puede animarse a la realización de vídeos. En algunas comunidades autónomas, existen proyectos de innovación educativa, como es el caso de Filma, que propone el uso del cine como recurso didáctico para el aula, embarcando a los alumnos en el rodaje de un corto o vídeo sobre el currículo de Geografía e Historia, haciendo que los alumnos pasen por las distintas fases de un de un rodaje cinematográfico: guion, rodaje, dirección, edición y montaje.
5. Conclusión.
El profesorado debe utilizar el cine como recurso educativo y no como mera distracción en el aula. Si no se hace un buen uso del cine, el alumno será un sujeto pasivo cuando el buen empleo hará que nuestro alumnado pueda ser un sujeto activo en su pensamiento crítico. En el caso de la materia de Geografía e Historia, no solamente el alumnado aprenderá acontecimientos históricos, sino también trabajará contra sus prejuicios y entenderá el lenguaje cinematográfico.
Bibliografía:
- Adame, A (2009). Medios audiovisuales en el aula. Revista CSIF, 19,1-10.
- Cañizares, J. (2003). La reina Margot. En Martínez, J. Películas para usar en el aula (págs. 147-169). Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia.
- Morantes Cepeda, S. (2017). El cine, una estrategia para desarrollar habilidades del pensamiento crítico en Sociales. Educación y Ciencia, 20.
- María Francisca Petit, Jordi Solbes, Nidia Yaneth Torres (2021). El cine de ciencia ficción para desarrollar cuestiones sociocientíficas y el pensamiento crítico. Praxis & Saber: Vol. 12 Núm. 29.
- Sánchez, Sandoval, Goyene, Gallego y Aristzaba (2018). La Pedagogía crítica desde la perspectiva de Freire, Giroux y McLaren. Revista Espacios, 39 (10), 41.
Imágenes:
- Figura 1. Claqueta para la elaboración de un filme. Recuperado de: https://www.pexels.com/es-es/foto/hombre-tenencia-tablero-de-chapaleta-1117132/
- Figura 2. Alumnos ven el corto de animación Minotauromaquia, Pablo en el laberinto. / Roberto Núñez
ROBERTO NÚÑEZ GUTIÉRREZ