Coeducación: Aquí y ahora

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1. INTRODUCCIÓN

La sociedad actual ha hecho avances importantes en relación a la igualdad entre hombres y mujeres. Se han desarrollado múltiples iniciativas tanto dentro como fuera del ámbito educativo, pero basta echar un vistazo a las noticias, analizar el lenguaje que empleamos o examinar los libros de texto para darnos cuenta de que todavía queda mucho camino por recorrer.

Debemos replantearnos qué sociedad queremos en un futuro y crearla debe pasar, indudablemente, por introducir cambios en el sistema educativo, generando oportunidades, ofreciendo modelos basados en el respeto, la igualdad, la empatía y la escucha activa. Debemos llevar a cabo propuestas coeducativas aquí y ahora.

2. LA COEDUCACIÓN EN EL ÁMBITO EDUCATIVO

La legislación vigente nos obliga a coeducar, no es opcional. Disponemos de múltiples referentes que nos instan a hacerlo y nos indican cómo:

  • En el año 2015 se adoptaron un conjunto de objetivos que forman parte de la llamada Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Dos de ellos se encuentran relacionados directamente con la coeducación: el ODS 5, igualdad de género, y el ODS 4, educación de calidad. En realidad, la vinculación es clara y bidireccional: por un lado, nunca podríamos hablar de igualdad de género en nuestra sociedad si fallan los cimientos, esos que se construyen en los centros educativos, y, en el otro sentido, nunca se alcanzaría una verdadera educación de calidad sin igualdad efectiva en nuestra sociedad.
  • La Ley Integral contra la Violencia de Género (2004) es clave en la coeducación. La Ley de Igualdad Efectiva entre Hombres y Mujeres (2007) nos indica, además, cómo abordarla.
  • Existe un Pacto de Estado contra la Violencia de Género que recoge un conjunto de propuestas de actuación para los próximos años, entre las que se incluye, específicamente, la educación como un campo ineludible para trabajar la igualdad contra la violencia de género, como factor clave en la necesaria transformación social.
  • La legislación educativa vigente, y, más en concreto, nuestro actual currículo, se comprometen con la igualdad en todas las áreas y etapas educativas, tanto en los saberes básicos y en los criterios de evaluación como en las competencias clave: específicamente la competencia en comunicación lingüística y la competencia personal, social y de aprender a aprender, abordan la no discriminación entre hombres y mujeres, se refieren a la necesidad de fomentar en el aula la capacidad de comunicarse evitando estereotipos y prejuicios; por su parte, la competencia en conciencia y expresiones culturales pretenden que nuestro alumnado pueda contemplar la evolución del papel de la mujer en distintos ámbitos de acción.
  • En relación a los documentos de centro, cabe destacar que en el Proyecto Educativo se deben establecer unos principios que garanticen la igualdad entre mujeres y hombres y la prevención de la violencia de género. Estas ideas se concretarán en el PIC.
  • En los centros, además, se tiene que designar una coordinadora o coordinador de bienestar y protección del alumnado, que velará por el cumplimiento y el respeto de los derechos de todos y todas.

La primera premisa que tenemos que tener en cuenta para poder aplicar prácticas coeducativas es que es un proceso colectivo, tal y como recogen Vilá y Castellá (2023):

“Lo imprescindible es una participación diversa para llevar a cabo un diálogo interdisciplinar e interprofesional que dé voz a trayectorias, experiencias y saberes diversos; que aporte miradas de diferentes profesionales matizadas por sus saberes, sus competencias o por el rol ejercido; que considere la incorporación de perspectivas diversas sobre coeducación y género, así como realidades de acompañamiento o de situación del alumnado”.

Coeducar, por tanto, no solo supone introducir determinados contenidos o actividades puntuales, sino un nuevo replanteamiento de la totalidad de los elementos implicados en el proceso enseñanza-aprendizaje, desde las distintas áreas y con el compromiso de participación de toda la comunidad educativa.

3. APLICACIÓN PRÁCTICA EN EL AULA

Actualmente podemos abordar la coeducación en las aulas en las diferentes etapas educativas, entre todos y todas, partiendo de las metodologías activas:

  • El aprendizaje basado en proyectos es sin duda una metodología idónea para abordar la coeducación. Algunos de los productos que se pueden desarrollar son cortometrajes, obras de teatro, análisis de catálogos de juguetes, murales colectivos, trabajos de investigación sobre mujeres olvidadas a lo largo de la historia o sobre aquellas cercanas al alumnado (madres, abuelas…), entrevistas para conocer cómo eran sus costumbres, sus vivencias, las escuelas segregadas por sexos….
  • El aprendizaje servicio es una metodología clave para abordar la igualdad de género, pues en ella se combina el aprendizaje con el compromiso social. Se pueden llevar a cabo folletos o infografías informativas para colocar en puntos estratégicos del concejo, impulsar la creación de puntos violeta en establecimientos del entorno del centro (en donde se traslade información y se ofrezca protección a las mujeres), implicar al Ayuntamiento en iniciativas o efemérides o planificar lecturas de manifiestos creados por el propio alumnado, etc.
  • El aprendizaje cooperativo favorece las relaciones sociales, el diálogo, la resolución pacífica de los conflictos, la empatía, la asertividad, la escucha activa, la aceptación de otros puntos de vista y la participación equitativa. Todas estas habilidades son imprescindibles para poder minimizar las situaciones de desigualdades de género.

En relación a la aplicación en el aula del PLEI, hay que seleccionar con atención las actividades y los materiales: tanto libros de literatura infantil y juvenil, como podcasts, documentales, cortometrajes o noticias nos pueden servir para realizar un análisis desde una perspectiva de género, promover investigaciones sobre el papel de la mujer- en la literatura, en el cine, en los videojuegos- y contribuir al desarrollo de un pensamiento igualitario y más justo, con la biblioteca como espacio clave.

El debate en Educación Primaria o Secundaria, las asambleas en Educación Infantil nos permiten dar cabida a la reflexión colectiva. ¿Hay profesiones para hombres y para mujeres? ¿Por qué existe la brecha salarial? ¿Quién realiza las tareas domésticas?.

En la etapa de Educación Secundaria contamos con una sesión semanal de tutoría, momento idóneo para trabajar cuestiones esenciales: los modelos de belleza, los afectos sociales y el buen trato, la autoestima y la aceptación personal, los límites, el consentimiento, género y estereotipos, la orientación y la identidad…

Por otro lado, es capital recurrir a referentes femeninos en los diversos campos (literatura, música, arte, ciencia, deporte…), de modo que demos visibilidad a esas mujeres que han quedado relegadas a un segundo plano. En este sentido, las familias tendrán mucho que aportar: a través de ellas, podemos garantizar una participación diversa que dé voz a diferentes experiencias y saberes, capacitaciones y profesiones diversas, incluyendo las competencias STEAM y evidenciando la evolución del papel de la mujer a lo largo de los años, siempre de forma adaptada a la etapa educativa en la que nos encontremos.

En cuanto a esos espacios menos estructurados que también forman parte de nuestra labor educativa, cobran especial protagonismo los patios, que deben ser pensados como momentos para desarrollar la imaginación, la socialización, lugares desde los que generar oportunidades para descubrir, para jugar, para crear… pero ¿realmente pensamos en ellos así?

Imagen 1. Niños divirtiéndose con juegos tradicionales

Imagen 1. Niños divirtiéndose con juegos tradicionales

La mayoría de centros presentan una disposición de los espacios de juego androcéntrica y “futbolcentrista.” Esto significa que están diseñados y construidos para dar respuesta a un arquetipo de alumnado muy concreto: chico, con disposición hacia el juego activo y con preferencia de juego con pelota. Evidentemente, a todos los chicos no les gusta el fútbol, ni siquiera la actividad física, pero, en todo caso, la disposición de recursos orienta hacia este tipo de actividades o deportes (Sandra Molines, 2016). Las propuestas de patios coeducativos sugieren una serie de pasos para reflexionar sobre nuestros patios y rediseñarlos:

  • El punto de partida es la realización de un diagnóstico en el patio: partimos de la observación, posteriormente pedimos al alumnado que se ubique en el patio colocando una pegatina, y por último, cubrirían un breve cuestionario en el aula.
  • En segundo lugar, rediseñamos el patio, para lo que será imprescindible escuchar a toda la comunidad educativa.
  • Finalmente, se realiza una evaluación de la puesta en marcha de los nuevos espacios creados.

4. CONCLUSIÓN

“Las cosas no son así, están así y podemos cambiarlas”. Esta cita de Paulo Freire podría sintetizar la necesidad de un cambio que no se puede posponer más.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 

Lara Fernández Fernández

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