Prevención de dificultades del lenguaje oral a través de la estimulación lingüística en la etapa de educación infantil

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Introducción

En la antigüedad el lenguaje era apreciado como un talento sagrado concedido por Dios a todos los hombres (Quintana, 2005). El lenguaje es una facultad por la que, perpetuamente, los filósofos han sentido gran curiosidad, y, en líneas generales, para todos los estudiosos de la humanidad una materia de deliberación (Deval, 2002).

En la actualidad el lenguaje oral es concebido como una capacidad exclusivamente humana; es utilizado como instrumento de comunicación, representación y de relación social, y, es de vital importancia para el desarrollo cognitivo, social, afectivo y académico del individuo, de aquí, el papel primordial que ocupa el lenguaje oral en nuestras vidas.

La Escuela Inclusiva hacia la que nos movemos y que es promovida a nivel legal por la Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa, debe garantizar el acceso a una educación de calidad para todos y, por ello, es fundamental ofrecer programas de buenas prácticas basadas en la evidencia. Algunos de estos, que han sido validados en diferentes investigaciones y que han aportado resultados satisfactorios, se han enfocado al desarrollo de planes de intervención en el lenguaje oral, que son considerados como un medio facilitador y potenciador del desarrollo del lenguaje oral en los niños de Educación Infantil. La estimulación y fortalecimiento del lenguaje permitirá a los niños realizar un aprendizaje escolar satisfactorio sobre el que se fundamentarán todos los conocimientos posteriores.

¿Por qué es importante la estimulación del lenguaje oral en la etapa de educación infantil?

La estimulación del lenguaje oral en las aulas de Educación Infantil enriquece la competencia lingüística del alumnado de esta etapa y facilita la superación de las posibles dificultades del lenguaje que se detecten, reforzando una serie de habilidades y aptitudes que entran en juego en la adquisición de la lectura y la escritura, previniendo posibles déficits en esta área.

Conscientes de la importancia que tiene el lenguaje como instrumento básico para el desarrollo de todos los aprendizajes escolares y que su intervención requiere un abordaje continuo, se considera conveniente y necesario implementar programas de estimulación del lenguaje oral en la etapa de Educación Infantil, ya la estimulación del lenguaje oral dentro de las aulas de Educación Infantil fomenta el desarrollo lingüístico de los niños y la prevención de dificultades.

De lo expuesto en los apartados anteriores, se puede resaltar la relevancia que tiene el lenguaje en nuestra sociedad, tanto para el desarrollo mental como para la socialización. Como consecuencia de ello, la intervención en el lenguaje oral tiene sentido en sí misma.

Figura 1. La literatura libro

Intervención educativa en el lenguaje oral

Las intervenciones educativas son generalmente sistemas diseñados para ofrecer contexto, medidas y experiencias necesarias para el aprendizaje. En el ámbito educativo diferentes autores conceptualizan la intervención como:

Un conjunto de actividades que contribuyen a dar solución a determinados problemas, prevenir la aparición de otros, colaborar con las instituciones para que las labores de enseñanza y educación sean cada vez más dirigidas a las necesidades de los alumnos y la sociedad en general (Henao, Ramírez y Ramírez, 2006, p.218).

La intervención en el proceso de desarrollo lingüístico, no debe constituirse como la aplicación de unas actividades aisladas e independientes, sino que han de estar contempladas en el conjunto de actividades cotidianas del aula, prestando especial atención a la motivación y dando prioridad a la interacción verbal y a la comunicación, creando para ello aquellas condiciones que favorezcan la expresión de las distintas funciones lingüísticas.

Quintana (2003) señala que el objetivo fundamental de la intervención en el lenguaje es incrementar la frecuencia y la calidad de las interacciones entre el adulto y el niño. Lo cual conlleva que el adulto adopte, por un lado, estrategias en la gestión de la conversación, tales como: adaptaciones, gradualidad, flexibilidad, altura del tono…; y, por otro lado, que el adulto utilice estrategias educativas implícitas como: expansiones correctivas, encadenamientos, etc.

En la actualidad las propuestas de intervención educativa se centran en las oportunidades y no en los déficits y limitaciones del individuo, como siempre ha sido considerado por la escuela tradicional. Cruz (2010), afirma que la educación tradicional se ha ocupado principalmente de la transmisión de normas y valores, y trataba de proporcionar a los educandos modelos de conducta que imitar y conocimientos para almacenar. La educación evoluciona poniendo el acento en el educando, que debe ser el protagonista de su propia formación integral, no tanto para moldearlo al estilo del ideal de persona que la pedagogía establece en nuestra sociedad, sino para desarrollar plenamente todas sus potencialidades.

Este cambio radical de pensamiento se debe a la evolución de la integración educativa hacia el paradigma de la inclusión que considera la diversidad como:

Un valor educativo, y todos los alumnos son diferentes y tienen distintas necesidades educativas. La heterogeneidad se considera una característica positiva puesto que la realidad también lo es. En el aula se garantiza el acceso a un currículum común, aunque se tiene en cuenta las distintas necesidades del alumnado (García, 2017, p.254).

Una de las primeras medidas de atención a la diversidad que se deben tomar son las medidas ordinarias, que parten de la idea de implementar buenas prácticas basadas en la evidencia científica para ayudar que todos los alumnos progresen en sus aprendizajes, especialmente los más vulnerables. Para lograr este objetivo

“la escuela tiene un papel decisivo en la estimulación, desarrollo y perfeccionamiento del lenguaje en todos sus componentes”

Rodríguez y Rodríguez, 2007, p.45

Por lo tanto, una de las tareas de los maestros en los centros escolares es estimular el lenguaje en los niños, sobre todo en los primeros años, ya que la estimulación lingüística tiene como finalidad el desarrollo del lenguaje y la prevención de dificultades, reforzando una serie de habilidades y aptitudes que entran en juego en la adquisición de la lectura y la escritura, previniendo posibles déficits en esta área.

Los años de la infancia permiten buenos resultados en la prevención de dificultades en el lenguaje oral, dando lugar a un progreso en el alumnado que quizá no se pudiera conseguir más adelante cuando las alteraciones del lenguaje pueden pasar a ser funcionales. Este hecho debe impulsar el funcionamiento de programas que minimicen las dificultades lingüísticas de los alumnos, evitando, con tales medidas, el fracaso escolar que pueda derivar de los mismos (Valmaseda, 2001).

¿Cómo favorecer la estimulación del lenguaje oral?

La Educación Infantil es una etapa globalizada, cuyas áreas y ámbitos de experiencia se interrelacionan entre sí, como consecuencia la estimulación del lenguaje oral se puede trabajar en todas las actividades desarrolladas en el aula: rutinas (asamblea, calendario, pasar lista…), explicaciones, cuentos, canciones, rimas, resolución de conflictos, etc. Estas actividades suelen llevarse a cabo en gran grupo o en pequeños grupos, por lo que resultan motivadoras para el alumnado y los anima a comunicarse. Asimismo, las actividades deberán tener un componente lúdico ya que el juego favorece el desarrollo del lenguaje, de hecho, los niños mientras juegan, hablan constantemente, por lo tanto, el lenguaje y el juego van siempre unidos. Según Sánchez, Sáez, Arteaga, Ruíz, et al. (1997), cuando el niño comienza a hablar le gusta jugar con el lenguaje, deformar los sonidos o las palabras, habla con los labios juntos o con la boca abierta, dice palabras al revés. Todo esto está ayudando a la adquisición del lenguaje oral.

Siendo más precisos y partiendo de las ideas de Quezada (1998), se expondrán algunas sugerencias para favorecer la estimulación del lenguaje oral en niños de 3 a 6 años.

Alrededor de los tres años, es conveniente conversar con el niño, introduciendo, de manera regular y paulatina, alguna palabra nueva con un nivel de dificultad mayor; lo que no sólo ayudará al aumento de vocabulario, también a establecer relaciones entre palabras, objetos e ideas. Otro factor que ayuda a la estimulación del lenguaje en esta edad es el acercamiento a la lectura, una herramienta fundamental con la que se puede contar en las aulas de infantil son los cuentos, su lectura es una práctica habitual, pero no sólo debe leer cuentos el adulto, sino ayudar al niño a contar cuentos e historias con apoyo visual de dibujos, pictogramas….

De acuerdo con Piasta (2016), con la lectura de cuentos el niño aprende a prestar atención al mensaje lingüístico como forma de conocer el mundo, lo que le permitirá enriquecer su vocabulario, especialmente si se realizan expansiones y reformulaciones del mensaje que comparten con el adulto.

Sobre los cuatro años, a partir de un tema dado, se puede pedir a los niños que inventen e imaginen cuentos, historias o infieran acontecimientos. Zucker, Justice, Piasta y Kaderavek (2010), sugieren que cuando los profesores realizan preguntas inferenciales, éstas ayudan a los niños a pensar sobre lo leído y reflexionar sobre la información que los textos aportan.

Además, a esta edad sería recomendable plantear actividades de clasificación de objetos y cosas, explicando el por qué pertenecen a una u otra categoría. Una de las actividades más apropiadas para favorecer la estimulación del lenguaje es solicitar al niño, frecuentemente, que verbalice lo que hace o lo que piensa.

A los cinco años, el niño ya domina prácticamente todo el lenguaje y desea contar sus sentimientos, ideas, sueños, deseos y temores. En esta situación, el papel del maestro es dedicarle tiempo para que cuente lo que crea necesario y compruebe que nos interesa lo que está contando y que está siendo escuchado. Evidentemente, no siempre el niño podrá exponer sus ideas en cualquier momento, por ello, existen determinadas actividades y tiempos destinados a tal fin, como es el caso de la asamblea, o el momento de la entrada al colegio. Por otro lado, para estimular el lenguaje es importante que el adulto hable con el niño de temas variados sin utilizar términos y formas infantiles ya que el niño comprende más de lo que es capaz de expresar.

A los seis años, muchos niños saben leer y escribir, se puede favorecer la estimulación del lenguaje pidiendo al niño que lea cuentos, incluso que elaboren un libro de cuentos con dibujos y alguna palabra sencilla.

El visionado de vídeos (dibujos, cuentos…) también es una práctica habitual en educación infantil, desde el punto de vista de la estimulación del lenguaje, después del visionado, se puede pedir que narren y verbalicen lo que han visto, dejando un tiempo específico para ello. Burn (2009), afirma que las nuevas tecnologías nos permiten nuevos procedimientos caracterizados por iteración, retroalimentación, convergencia y exhibición.

¿Cuál seria la metodología más apropiada para la estimulación lingüística?

El papel fundamental del docente dentro del aula es el de proporcionar a los alumnos, en general, las situaciones y los elementos que les permitan construir normalmente su lenguaje para adquirir una buena competencia comunicativa, como el juego que es uno de los principales recursos educativos; las actividades estarán revestidas de un carácter lúdico y asociadas a los aspectos comprensivos y expresivos del lenguaje. Otro recurso metodológico básico es la imitación, necesaria para la realización de algunas actividades como, por ejemplo, las praxias bucofonatorias.

Convendrá que el profesor realice al comienzo los ejercicios con toda la clase, a modo de iniciación-explicación colectiva que sirva a los niños para familiarizarse con la actividad. Pero después es necesario un trabajo más detallado y específico en pequeños grupos que permita observar las dificultades individuales e introducir las modificaciones o correcciones adecuadas a las necesidades de cada niño.

Será necesario disponer a los niños de forma que puedan observar con claridad al profesor. En corro suele ser la mejor disposición, especialmente en las primeras ocasiones en que se realiza una determinada actividad y hasta que los niños se familiaricen con ella.

Se partirá del nivel de desarrollo del alumnado, teniendo presentes los periodos evolutivos, los conocimientos previos y su capacidad de aprendizaje. En función de la capacidad y de su familiarización con la actividad, se exigirá grados diferentes en la ejecución de los ejercicios.

Un aspecto importante es favorecer la autoestima de los niños, para ello, se reconocerán los esfuerzos y avances conseguidos comunicándoselo de diferentes formas (oral, gestual, alabanzas…). En este sentido, también es necesario crear un clima favorable y motivador, en el que el niño es aceptado con su lenguaje, se encuentra seguro y se eliminan bloqueos e inhibiciones.

Figura 2. La escuela aprendizaje

Ejemplo de actividades para una sesión de estimulación del lenguaje oral en educación infantil

Para finalizar, se considera conveniente exponer la estructura típica de la sesión:

ACTIVIDAD DESCRIPCIÓN
Canción de saludo Todos juntos cantamos una canción para saludar: Saludo a mis amigos al comenzar el día, tenemos mucha suerte de vernos hoy aquí, para cantar y disfrutar, entre todos haremos un día fenomenal.
Asamblea grupal Saludamos a “Manita” la mascota del lenguaje oral, para ello cada niño debe inventarse una rima para saludar. Por ejemplo, buenos días Manita eres muy bonita. Asamblea: cada niño, respetando su turno y escuchando a los demás, cuenta alguna actividad interesante que ha realizado durante el fin de semana; los compañeros pueden realizar preguntas para obtener más información, si los compañeros no realizasen preguntas lo haría el docente. Por ejemplo, el niño dice fui al cine, se le puede preguntar ¿con quién fuiste?, ¿cuál era el título de la película?, etc.
Praxias bucofonatorias Actividad “Momento de despertar nuestra cara”. Se cuenta al niño una pequeña historia, para que vayan realizando las acciones que se relatan. Por ejemplo, un día la señora lengua quería salir de su casa (la boca), pero no podía porque estaba cerrada con llave. Intentó salir por un pequeño agujerito (y asoman la punta de la lengua), pero no pudo, hasta que finalmente encontró la llave y abrió la puerta, primero visitó a su amiga nariz que se encontraba en el piso de arriba (intentar tocar con la lengua la punta de la nariz), pero no estaba, y decidió ir a visitar a su amiga barbilla, situada en el piso de abajo…. Y seguiría la historia con la finalidad de realizar praxias linguales.
Cuento La maestra leerá el cuento de “El monstruo de colores” de Anna Llenas. Se realizarán preguntas de comprensión del cuento, por ejemplo, ¿qué personaje aparece en este cuento?, ¿de cuántos colores es?, ¿por qué cambia de color?, ¿cómo se siente cuándo está de color rojo?, ¿y de color verde?, ¿os habéis sentido alguna vez así?, ¿cómo os estáis sintiendo en este momento?, ¿por qué?, etc. Una vez que se ha trabajado la comprensión del cuento, se escucha y se visualiza la canción del cuento en el siguiente enlace https://www.youtube.com/watch?v=MOLy9_sv4Sg. Repetimos la canción y se aprende el estribillo.
Juego de morfosintaxis Ampliación de estructuras morfosintácticas: a partir del cuento que se ha trabajado previamente, la maestra o un alumno, pro­pone un elemento (personaje, acción…) e invi­ta a los alumnos a crear frases cada vez más amplias.
Por ejemplo:
– «El monstruo».
– «El monstruo era de colores».
– «El monstruo era de muchos colores».
– «El monstruo bueno era de muchos colores”.
Asamblea de cierre Cada niño, respetando su turno y escuchando a los demás, se despide con el Juego de los nombres, que consiste en cambiar las vocales de su nombre por una misma vocal elegida por el niño. (conciencia fonológica). Por ejemplo, Alana por Elena.
Canción de despedida En grupo se canta una canción para despedir a “Manita”: Hasta el lunes, esta actividad se acabó, levanto y muevo mi mano para decir adiós.
Fuente: Elaboración propia.

CONCLUSIÓN

El lenguaje oral está implicado en todo el desarrollo humano y tanto el proceso mental, como el social y de la personalidad se ven posibilitados por esta variable.

En base a la opinión de varios autores (Hidalgo, Sánchez y Lorence,2008), la estimulación del lenguaje es necesaria ya que la infancia constituye una de las etapas en la que más procesos de desarrollo y más cambios se producen. No existe otra etapa en la que se produzcan tantos cambios en tan poco tiempo y tan importantes como en ésta. Aunque el desarrollo dura toda la vida, lo que ocurre en los primeros años de vida de un niño tiene una relevancia sustancial para su vida futura.

La etapa de Educación Infantil es la más idónea para prevenir y/o compensar posibles dificultades que pueden incidir en la evolución infantil, ya que el desarrollo global del resto de capacidades del sujeto depende en buena medida de su propio desarrollo lingüístico y de su capacidad de comunicación.

Por consiguiente, la estimulación del lenguaje no sólo es favorecedora, sino necesaria para un desarrollo adecuado de los niños y niñas.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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• Henao, G.C., Ramírez, L.A. y Ramírez, C. (2006). Qué es la intervención psicopedagógica: Definición, principios y componentes. Revista El Ágora USB, 6, 215-226.

• Piasta, S. B. (2016). Current Understandings of What Works to Support the Development of Emergent Literacy in Early Childhood Classrooms. Child Development Perspectives, 10 (4), 1-6.

• Quezada, M. (1998). Desarrollo del lenguaje en el niño de 0 a 6 años. Recuperado de: https://docplayer.es/8054026-Desarrollo-del-lenguaje-en-el-nino-de-0-a-6-anos-comunicacion-presentada-en-el-congreso-de-madrid-diciembre-98-por-miguel-quezada.html.

• Quintana, A. M. (2003). Un estudio de las dificultades del lenguaje en la Educación Infantil. [Tesis doctoral]. Universidad de la Laguna, Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, España. Recuperado de: ftp://tesis.bbtk.ull.es/ccssyhum/cs174.pdf

• Quintana, A.M. (2005). Las familias como colaboradoras en la respuesta educativa a las dificultades del lenguaje. Revista de logopedia, foniatría y audiología, 25(4), 203-219.

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• Valmaseda, M. (2001). Los problemas del lenguaje en la escuela. En J. Palacios, A. Marchesi, y C. Coll, (Eds.), Desarrollo Psicológico y Educación, III. Necesidades Educativas Especiales y Aprendizaje Escolar (pp. 101-125). Madrid: Alianza.
• Zucker, T. A., Justice, L. M., Piasta, S. B., y Kaderavek, J. N. (2010). Preschool teachers’ literal and inferential questions and children’s responses during whole-class shared Reading. Early Childhood Research Quarterly, 25(1), 65-83.

REFERENCIA DE FIGURAS

Lorena Ramos Martín

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