¿Cuál es el puente de unión entre la competencia lingüística oral y la competencia lingüística escrita?. Habilidades de Metalenguaje.

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Muchos docentes, en especial los maestros de Educación Infantil y maestros de los primeros cursos de Educación Primaria se cuestionan si existe un puente de unión entre lenguaje oral y el lenguaje escrito, y de existir ese puente ¿cuál es y cómo trabajarlo?. Remontándonos a los años 80, ya existían varios estudios y datos relacionando las habilidades fonológicas y el aprendizaje de la lectura (ver Defior, 1991 y 1994; Wagner y Torgesen, 1987, para una revisión). Sin embargo, en las dos últimas décadas, buena parte de los estudios realizados con anterioridad han empezado a dar su fruto y actualmente se puede afirmar que el puente de unión entre la competencia lingüística oral y la competencia lingüística escrita son las Habilidades de Metalenguaje.

 ¿Qué son las Habilidades de Metalenguaje? explicado de una forma comprensible y breve, sería la capacidad de reflexión sobre las unidades de la lengua, es decir, la toma de conciencia de los componentes del propio lenguaje.

En la práctica docente, cuando un niño termina el último curso del segundo ciclo de Educación Infantil (5-6 años) y se adentra en el primer curso de Educación Primaria, se piden varios requisitos:

  1. Que el niño tenga una competencia lingüística oral plena, es decir, que sea capaz de comprender y transmitir mensajes orales, capaz de expresarse a través del lenguaje hablado.
  2. Al pasar de la etapa de Educación Infantil a Educación Primaria, tenga los prerrequisitos del lenguaje escrito, de hecho, en los últimos cursos de Educación Infantil, aunque no es un objetivo de esta etapa se intenta que adquieran un nivel de lenguaje escrito los más alto posible.

No obstante, una preocupación más importante que la de pasar a la etapa de Primaria con ciertos conocimientos del lenguaje escrito, debería ser la preocupación de que todos los niños que pasen de la etapa de Infantil tengan un buen nivel de habilidades de metalenguaje, esa es la esencia, ya que las habilidades de metalenguaje:

  • Facilitan el aprendizaje del lenguaje escrito.
  • Previenen los errores de aprendizaje del lenguaje escrito.
  • Corrigen los errores del aprendizaje escrito.

Por lo tanto, las habilidades de metalenguaje son una herramienta básica para el niño, ya que le van a permitir:

  • Trabajar con los segmentos del lenguaje, que son las unidades lingüísticas: Frase-Palabra-Sílaba-Fonema.
  • Identificar esos segmentos o unidades lingüísticas, si están o no en la frase.
  • Localizar su posición, ya que no es lo mismo, por ejemplo: La casa de María, que la María de casa.

Cuando el niño es capaz de trabajar, localizar, identificar y reflexionar se denomina conciencia. En relación a las habilidades de metalenguaje existen varios tipos de conciencia:

  • Conciencia Lexical (del léxico): cuando el niño es capaz de identificar y localizar las palabras que hay dentro de una frase.
  • Conciencia Silábica: tener conciencia o identificar las sílabas que forman la palabra (qué sílabas forman la palabra, cuáles, en qué orden).
  • Conciencia Fonológica: es el procesamiento fonológico de la sílaba y de la palabra, es decir, la capacidad que tiene el niño para identificar, conocer los fonemas que componen una sílaba o en un nivel más alto, conocer los fonemas que componen una palabra y el orden que ocupan dentro de esa sílaba o palabra. Por ejemplo, no es lo mismo, na an o tran. El fonema es el mismo el sonido -n- en cambio, el orden puede ser directo o puede ser inverso. Es más fácil para el niño identificar que si la sílaba na tiene /n/, que por ejemplo, si la palabra transporte contiene /n/. El análisis lingüístico de la palabra es mucho más complejo que el análisis lingüístico de la sílaba.

La conciencia que más conecta el lenguaje oral con el lenguaje escrito es la Conciencia Fonológica, es la más importante de todas las habilidades de metalenguaje, ya que es imprescindible que el niño conozca los fonemas de una palabra, que tenga una adecuada discriminación auditiva verbal. En un lenguaje coloquial y buscando un símil, podríamos afirmar que la “reina” de las habilidades metalingüísticas es la conciencia fonológica y la “princesa” sería la conciencia silábica.

Una vez identificado el puente de unión entre la competencia lingüística oral y la competencia lingüística escrita, nos podrían surgir varias dudas: ¿cuándo enseñar habilidades de metalenguaje, ¿cómo trabajarlas?, ¿existe algún requisito para poder abordar dichas habilidades?, etc. el presente artículo está dedicado a resolver estas cuestiones.

Requisitos a tener en cuenta en las habilidades de metalenguaje

  1. Desarrollo progresivo: tendencia evolutiva en la adquisición de la capacidad de trabajo con las unidades lingüísticas. Es decir, las diferentes habilidades se van desarrollando y adquiriendo progresivamente. Primero se debe trabajar la conciencia lexical, cuando el niño tenga adquirida la conciencia de palabra dentro de la frase pasaremos a la conciencia silábica: dividir una palabra en sílabas; una vez adquirida la conciencia silábica se pasaría a dividir la sílaba en sonidos hasta llegar a la conciencia fonológica. Como se puede comprobar, no se llega a la conciencia fonológica de golpe, progresivamente desde nuestro sistema alfabético de escritura las habilidades de metalenguaje se pueden ir desarrollando de forma paralela a cómo vamos aprendiendo el lenguaje escrito.
  2. Edades adecuadas para trabajar las diferentes habilidades metalingüísticas: la conciencia lexical y la conciencia silábica se puede trabajar a partir de los 3 años, ya que a partir de esa edad el niño ya utiliza el lenguaje como herramienta fundamental para expresar lo que quiere. Desde el primer curso de la segunda etapa de Educación Infantil se puede iniciar de una forma lúdica en estas conciencias, por ejemplo, se puede decir a los niños “vamos a jugar a dividir las palabras en golpecitos, en pasitos o en saltitos”; si previamente no se le ha enseñado no va a saber hacerlo porque las habilidades de metalenguaje no se adquieren de forma espontánea, progresivamente hay que enseñarlas.

En cambio, la conciencia fonológica se adquiere en torno a los 6 años ya que a esta edad se produce el cierre fonológico, es decir, a esta edad el niño ha adquirido todos los fonemas de su lengua. Por lo tanto, la conciencia fonológica no se debe trabajar hasta el segundo o tercer trimestre del último curso del segundo ciclo de Educación Infantil.

Tipos de tareas y unidad lingüística

A continuación, se presentan los tipos de tareas y unidades lingüísticas que se deben trabajar, cabe resaltar que el orden en se presentan los tipos de tareas es el orden en que se deben trabajar, ya que se debe ir desde la actividad más sencilla hasta la más compleja.

  1. Segmentación:
    1. Lexical (a partir de 3 años, en Educación Infantil). Por ejemplo, divide esta frase en palabras: La casita de chocolate. / La / casita/ de / chocolate /.(4 palabras).
    2. Silábica (a partir de 3 años, en Educación Infantil). Por ejemplo, divide en sílabas o golpes de manos esta palabra: caracol ca-ra-col (3 sílabas).
    3. Fonética (a partir de 6 años, últimos cursos de Educación Infantil y Educación Primaria). Divide en fonemas o letras (que ya conocen la mayor parte de las letras). Por ejemplo: oveja o-v-e-j-a (5 letras).
  2. Identificación: Silábica/fonética. Se puede trabajar con listados fonéticos, que son oposiciones fonológicas. Por ejemplo, ¿es lo mismo sa que as, y sa y pa?, etc.
  3. Adición (silábica/fonética): añadir una sílaba a una palabra o un fonema a una sílaba. Por ejemplo: palo + ma = paloma. La forma más sencilla de realizar la adición es añadiendo la sílaba o fonema al final, después al inicio y por último, ya que es la más difícil, se añade en el medio.
  4. Omisión (silábica/fonética): quitar una sílaba o un fonema a una palabra. Por ejemplo: quitar la última sílaba a la siguiente palabra: pelota —>pelota = pelo.
  5. Sustitución (silábica/fonética): sustituir unas sílabas o fonemas por otros diferentes. Por ejemplo, sustituir unas sílabas por otras. Mesa / pesa; cazo / caso.
  6. Inversión (silábica/fonética): invertir sílabas o fonemas. Por ejemplo, invertir las sílabas de la siguiente palabra: boca—> cabo.

Descritas los tipos de tareas asalta la duda ¿es necesario trabajar todos los tipos de tareas?, no, no es necesario trabajar todas, pero es fundamental trabajar las dos primeras, es decir, la segmentación y la identificación.

Aspectos claves para el entrenamiento en habilidades metalingüísticas

Conciencia Lexical-Silábica

Al principio se debe trabajar con palabras familiares, que conozcan. Una vez que el niño coge la dinámica se pasará a trabajar con pseudopalabras, que son palabras no familiares para el niño, o pueden ser inventadas y desconocen su significado.

  • Trabajar con pseudopalabras la tarea de segmentación para facilitar la memoria a corto plazo verbal.
  • Trabajar con palabras las demás tareas (omisión, sustitución, adición…).
  • Facilita la tarea el elegir palabras familiares y de cierta longitud (hasta 5 sílabas máximo).

Conciencia Fonológica

El fonema es la unidad más compleja de trabajo: vocálico y consonántico. Es más difícil identificar si armario tiene /r/ que si ratón tiene /r/.

Consonantes que puedan alargarse, es decir, se deben elegir fonemas que sean posibles alargar en la pronunciación. Los mejores son los fricativos /f/, /z/, la lateral vibrante /r/.

Influencia de la estructura silábica: Consonante-Verbal / Verbal-Consonante / Consonante-Verbal-Consonante / Consonante-Consonante-Verbal / Consonante-Consonante-Verbal-Consonante / Consonante-Consonante-Verbal-Consonante-Consonante. Se debe ir de los más sencillo a lo más complejo. Por ejemplo, una estructura silábica compleja del idioma español es Trans (para palabras como transporte), para llegar a esta estructura que es más compleja, antes habrá que trabajar con el niño: ta, at, tal, tra, tran, trans.

¿Cómo se trabajan las habilidades metalingüísticas?

De forma oral con apoyo visual en base a actividades lúdicas. Veamos un ejemplo de conciencia silábica para segmentación silábica.


Asociado a la grafía: la sílaba escrita o la letra mejora las habilidades fonológicas. Correcciones retroactivas inmediatas, es decir, dejar que el niño se equivoque para corregirle después de forma inmediata; cuando el error está bien corregido enseña mucho más, ya que se aprende y se recuerda para no volver a equivocarse. Esta ha sido una máxima de la pedagogía de María Montessori la cual señaló “al niño no le tiene que dar miedo equivocarse, lo que tiene que dar miedo al profesor es reñir a un niño por equivocarse” (María Montessori, (1909), El método de la Pedagogía Científica. Aplicado al educación de la Infancia).

Conclusión

Como conclusión resaltar que las actividades metalingüísticas deben trabajarse desde la Educación Infantil, previa a la enseñanza del lenguaje escrito, ya que va a prevenir las dificultades de aprendizaje del lenguaje escrito y, especialmente, los déficits lingüísticos (habla y/o lenguaje).

Referencias bibliográficas

  • BRAVO, L. (2002). La conciencia fonológica como una zona de desarrollo próximo para el aprendizaje inicial de la lectura. Estudios Pedagógicos, 28: 165-177. Valdivia.
  • DEFIOR, S. (1991). El desarrollo de las habilidades metalingüísticas. La conciencia fonológica. Revista Española de Lingüística Aplicada, 7, 9-22.
  • DEFIOR, S. (1996). Una clasificación de las tareas utilizadas en la evaluación de las habilidades fonológicas y algunas ideas para su mejora. Revista Infancia y Aprendizaje, 1996, 73, 49-63.
  • WAGNER, R.K. y TORGESEN, K. (1987). The nature of phonological processing and its causal role in the acquisition of reading skills. Psychological Bulletin, 101(2), 192-212.

Lorena Ramos Martín

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