“Existe algo mucho más escaso, fino y raro que el talento. Es el talento de reconocer a los talentosos.” 1 Elbert Hubbard
Introducción
Según la Ley de Educación vigente, los integrantes de la comunidad educativa debemos trabajar en pro de una educación inclusiva, es decir, debemos reconocer la singularidad de cada alumno y atender sus necesidades de aprendizaje.
Según esta idea, todas y cada una de las singularidades deben ser atendidas, pero, si hacemos una breve reflexión sobre este tema, nos daremos cuenta de que la detección y atención a los niños y niñas de altas capacidades intelectuales ha sido, durante décadas, uno de los grandes olvidados en el ámbito educativo.
Podemos hablar de la existencia de una gran barrera que dificulta, en un primer momento, la detección y el diagnóstico y también la posterior atención educativa especial de los alumnos y alumnas con altas capacidades. Esta barrera es debida principalmente a 2 motivos fundamentales, por un lado, el de la existencia de muchos mitos, estereotipos y falsas creencias sobre los niños con Altas Capacidades y por otro, el de la falta de formación sobre las altas capacidades intelectuales entre los docentes, así como entre la sociedad en general.
El primer asunto enumerado quizás no pasaría de lo meramente anecdótico si no fuera porque cada uno de estos falsos mitos tiene graves consecuencias sobre la identificación, evaluación y atención de los alumnos y alumnas de altas capacidades. Y sabiendo que este tipo de alumnos supone como mínimo el 2% de la población mundial, podemos afirmar que éste es un tema que, tanto como por relevancia para la sociedad, como por cantidad de personas que sufren sus consecuencias, debe tomarse muy en serio.
Estos alumnos y alumnas siguen sufriendo de una injusta y alarmante infra identificación y atención, lo cual les influye negativamente y les aboca además a estar estigmatizados con un aura de «negatividad» y «rareza» que les afecta tanto emocional como socialmente y que no tiene base científica ni empírica alguna.
En este artículo vamos a abordar el tema de las falsas creencias, y es que existen infinidad de falsos mitos sobre los niños con Altas Capacidades que estamos tan acostumbrados a oír e incluso a ver en publicaciones no científicas, que suelen darse automáticamente por ciertos sin ni siquiera cuestionarlos.
A continuación, exploraremos algunos de estos mitos comunes y analizaremos críticamente su validez a la luz de la investigación actual.
Mito 1: Los niños con altas capacidades tienen un rendimiento alto en todas las materias.
Ésta es probablemente una de las creencias más extendidas sobre las personas con altas capacidades, y es que se suele pensar que son genios en todos los aspectos de la vida.
Sin embargo, la realidad es que las altas capacidades se manifiestan de manera diferente en cada individuo y no garantizan el dominio en todos los campos. Si bien es cierto que algunas personas con altas capacidades pueden destacarse en múltiples áreas, otras pueden tener áreas de fortaleza y de debilidad como cualquier otro individuo.
Las investigaciones demuestran que las personas con altas capacidades suelen tener intereses y habilidades específicas en áreas como las matemáticas, las ciencias, las artes o la creatividad, pero no necesariamente en todas estas áreas simultáneamente. Además, es importante tener en cuenta que el éxito y el rendimiento académico no son necesariamente indicadores directos de las altas capacidades.
De hecho, hay alumnos con altas capacidades que tienen un rendimiento alto, otros normal y otros bajo, algunos rinden igual en todas las materias, otros de forma desigual. Algunos tienen, incluso, dificultades de aprendizaje.
Los motivos por los que un niño con altas capacidades rinde bajo o fracasa pueden ser variados. Hay muchos factores, como la motivación, el entorno y la oportunidad que también influyen en el desarrollo y la expresión del potencial de un alumno con Altas Capacidades.
Por tanto, si un alumno con altas capacidades no desarrolla todo su potencial, lo importante será averiguar cuáles son estos factores para poder poner remedio.
Mito 2: Las personas con altas capacidades no necesitan apoyo ni atención especial
Otro mito muy común sobre las altas capacidades consiste en pensar que estos alumnos no necesitan apoyo o atención especial en el ámbito educativo porque son capaces de sobresalir por sí mismos. Sin embargo, la realidad es que los individuos con altas capacidades pueden enfrentar desafíos únicos que requieren intervenciones específicas para garantizar su desarrollo óptimo.
Por ejemplo, algunos niños y adolescentes con altas capacidades pueden experimentar aburrimiento o desinterés en el aula si el contenido académico no les desafía lo suficiente. Esto puede llevar a la desmotivación, el bajo rendimiento académico o incluso el comportamiento disruptivo. En tales casos, es fundamental proporcionar oportunidades para el enriquecimiento curricular y la aceleración académica que se ajusten a las necesidades individuales del estudiante.
Además, las personas con altas capacidades pueden enfrentar desafíos sociales y emocionales relacionados con su singularidad y sensibilidad. Pueden sentirse incomprendidos o marginados por sus compañeros, lo que puede afectar su autoestima y bienestar emocional. Por lo tanto, es importante ofrecerles apoyo y orientación para desarrollar habilidades sociales, gestionar el estrés y cultivar relaciones positivas con sus compañeros y adultos que les rodean.
Mito 3: Las personas con altas capacidades tienen una vida fácil y sin problemas
Existe la creencia equivocada de que las personas con altas capacidades tienen una vida fácil y sin problemas debido a su inteligencia superior a la media. Sin embargo, la realidad es que las altas capacidades pueden traer consigo una serie de desafíos únicos que pueden afectar gravemente a la vida personal, académica y profesional de un individuo.
Por ejemplo, algunas personas con altas capacidades pueden experimentar ansiedad, perfeccionismo o miedo al fracaso debido a las altas expectativas que tienen sobre sí mismos y también sensibilidad al estrés. Además, pueden experimentar muchas dificultades para encontrar un sentido de pertenencia y aceptación en la sociedad debido a su singularidad y diferencia con el resto.
También es muy común que las personas con altas capacidades tengan que enfrentarse a numerosos obstáculos en el aula o en su lugar de trabajo debido a la falta de reconocimiento o comprensión de sus habilidades únicas. Pueden sentirse infrautilizados en su trabajo, lo que puede afectar su satisfacción laboral y su sentido de realización personal.
Mito 4: Las personas con altas capacidades son siempre exitosas y alcanzan la excelencia en todo lo que hacen
Otro mito falso existente al respecto de las altas capacidades es la falsa idea de que las personas con altas capacidades son siempre exitosas y alcanzan la excelencia en todo aquello que hacen. Sin embargo, la realidad es que el éxito para ellas no está garantizado y las personas con altas capacidades pueden enfrentarse a fracasos y desafíos como cualquier otro individuo.
Si bien es cierto que algunas personas con altas capacidades pueden destacarse en sus campos de interés y lograr grandes logros, otras pueden experimentar dificultades y contratiempos en su camino hacia el éxito. El perfeccionismo, la autoexigencia y la presión externa pueden contribuir a un mayor riesgo de burnout, depresión o trastornos de ansiedad en personas con altas capacidades.
Es importante reconocer que el éxito es un proceso complejo y multifacético que está influenciado por una variedad de factores, incluidos el talento, la motivación, la oportunidad y el apoyo. En lugar de esperar que las personas con altas capacidades sean siempre perfectas y exitosas, es importante apoyarlas en su desarrollo integral y fomentar un ambiente que valore el esfuerzo, la perseverancia y el bienestar emocional.
Conclusión
En resumen, podríamos decir que las altas capacidades son un fenómeno muy complejo y multifacético que muy a menudo está rodeado de una serie de falsos mitos y concepciones erróneas. Por ello es de vital importancia desafiar estos mitos y adoptar una perspectiva más informada y crítica sobre las personas con altas capacidades. De esta forma, al reconocer y abordar los desafíos únicos a los que se enfrentan estas personas, podemos trabajar hacia una sociedad más inclusiva y equitativa que valore, apoye, fomente y celebre la diversidad de talentos y habilidades de las personas en todas sus formas.
Referencias:
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Verónica García Ruiz