Recomendaciones psicopedagógicas para alumnado con trastorno de Asperger

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Acorde con el Manual Diagnóstico y estadístico (DSM-5) (2015) el “Trastorno de Asperger” ha sido incluido dentro de la categoría de “Trastorno del espectro autista” (TEA), (APA, 2015).

Las áreas de dificultad para estas personas son la comunicación, el lenguaje, la interacción social, los patrones repetitivos y restringidos de comportamiento, intereses y actividades junto a la inflexibilidad mental y comportamental de carácter crónico.

Imagen 1: No se conocen las causas de los trastornos del espectro autista

Los aspectos que suelen llamar la atención al profesorado de este alumnado por etapas se pueden resumir en la siguiente tabla:

Tabla 1: Rasgos conductuales, emocionales y cognitivos del alumnado con Síndrome de Asperger.

Teniendo en cuenta estas conductas es necesario saber los aspectos que a estos alumnos les cuesta abordar más en cada asignatura.

Tabla 2: Dificultades por áreas en la Educación Primaria.
Tabla 3: Dificultades por asignaturas en la Educación Secundaria.
Imagen 2: Traducir conceptos complejos en subconceptos

El alumnado con Síndrome de Asperger tiene por tanto una serie de necesidades de apoyos que se exponen a continuación.

Tabla 4: Necesidades más frecuentes en cada etapa

Considerando dichas dificultades, pasamos a indicar algunas recomendaciones generales que se pueden tener en cuenta en el proceso de enseñanza-aprendizaje con dichos alumnos (Padrón, 2006).

  • El docente puede utilizar la agenda («cuaderno viajero») para comunicarse con la familia y comentar las actividades a realizar en casa y colegio.
  • En la clase se aprovecharán los centros de interés de los alumnos, para motivarles a ser más autónomos y enseñarles otros conocimientos interrelacionados con sus temas favoritos.
  • Las actividades a realizar se explicarán de forma clara y organizada mediante recursos visuales (pictogramas), desarrollando metodologías activas y dinámicas.
Imagen 3: Relación de los contenidos curriculares mediante esquemas
  • La aplicación de las nuevas tecnologías contribuirá a que la información llegue a estos alumnos mediante diversas fuentes y canales perceptivos, que aumentarán su concentración y motivación en la tarea (Sánchez, 2013).
  • El manejo de las emociones será clave para desarrollar sus habilidades sociales. Se trabajará tanto el lenguaje verbal (entonación, juegos de palabras, ironía…) como el no verbal (gestos, expresiones faciales…).
  • El uso del refuerzo positivo repercutirá en que el alumno se sienta seguro y capaz de realizar los trabajos que se le piden.
  • Para mejorar la psicomotricidad (tanto fina como gruesa) (Padrón, 2006), se podrán realizar juegos con el resto de los compañeros de clase, evitando los deportes competitivos. Así, se incrementará su participación en actividades escolares y extraescolares, aumentando de igual forma su socialización, autoestima, autoeficacia y autoconcepto.
  • La cercanía de un «alumno mentor» que le guíe en la realización de las acciones a llevar a cabo resultará de gran utilidad pues será un modelo a seguir que les evitará situaciones de estrés.

Finalmente, a nivel metodológico no serán necesarias grandes adaptaciones, siempre que se les ofrezca el tiempo necesario para realizar las tareas y se establezcan rutinas diarias y sistemáticas en la organización escolar. No obstante, sí es recomendable realizar sugerencias metodológicas dependiendo de cada área específica.

Tabla 5: Recomendaciones metodológicas por áreas

Como conclusión podemos señalar que este alumnado se caracteriza por su gran capacidad memorística, sinceridad, tener un peculiar sentido del humor o ser muy ingenuos (Sánchez, 2013). Muchos de ellos, no es que presenten un cociente intelectual normal sino que pueden superar a la media. Igualmente, pueden expresarse con un tono extremadamente formal sin realizar contacto visual con su interlocutor o pueden presentar estereotipias (movimientos ritualizados). Suelen cumplir lo que dicen y no soportan las injusticias. Por todo esto, son alumnos que enriquecen el clima de aula ya que pueden aportar visiones y perspectivas de aprendizaje diferentes y creativas.

Referencias Bibliográficas

  • APA (American Psychiatric Association) (2015), Manual de diagnóstico diferencial, Madrid, Ed. Médica Panamericana.
  • Padrón Pulido, P. (2006). Asperger en el aula, Madrid, Ed. Díaz de Santos, S.A.
  • Sánchez Pardíñez, S. (2013). Síndrome de Asperger, síndrome invisible, Madrid, Psysicom Ediciones.

Referencias de figuras

  • Geralt (15 de diciembre de 2017). Figura 1: No se conocen las causas de los trastornos del espectro autista. (Fotografía). Recuperado de: https://pixabay.com/es/illustrations/dislexia-la-dislexia-lernstörung-3014152/
  • Geralt (17 de noviembre de 2015). Figura 2: Traducir conceptos complejos en subconceptos. (Fotografía). Recuperado de: https://pixabay.com/es/illustrations/geometría-matemáticas-volumen-1044090
  • LTDatEHU (21 de enero de 2014). Figura 3: Relación de los contenidos curriculares mediante esquemas. (Fotografía). Recuperado de: https://pixabay.com/es/photos/tecnología-salón-de-clases-1095751/

José Antonio Carmona Gómez

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