Iniciativas para reducir la brecha digital en comunidades desfavorecidas y evaluación del impacto de la tecnología en la equidad educativa

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  1. ¿Qué es la brecha digital? Definición y contexto

Según Cruz Roja Española (2022), la brecha digital hace referencia a la desigualdad en el acceso, utilización o impacto de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) entre grupos sociales. Estos grupos se suelen determinar en base a criterios económicos, geográficos, de género, de edad o culturales.  En el contexto educativo, esta brecha puede traducirse en diferencias significativas en el acceso a recursos digitales, internet de alta velocidad, dispositivos tecnológicos y competencias digitales.

Diversos autores, como Selwyn (2004), DiMaggio (2001) y Robinson (2009), entre otros, han investigado la brecha digital partiendo de una perspectiva sociológica, analizando cómo las diferencias en el uso de la tecnología reflejan y amplían las desigualdades sociales y adoptando una perspectiva crítica sobre el uso de la tecnología y las políticas educativas que incida en ello.

Sin obviar el enfoque teórico o técnico de este ámbito es, a partir de esta perspectiva sociológica y crítica, desde la cual abordo una serie de iniciativas a tener en cuenta para la reducción del problema de la brecha digital.

 

2. Iniciativas para la reducción de la brecha digital

  • Programas de distribución de dispositivos:

Existe una iniciativa global denominada One Laptop per Child (OLPC) que podría seguirse a muy bajo coste. Con la aparición hace años de las minicomputadoras Raspberry Pi podría haberse considerado como alcanzado teóricamente el objetivo de OLPC a un coste cercano a los 50€ por unidad y que, con la posibilidad de que el alumnado además de las tareas rutinarias de ofimática y búsqueda de información en la red, pudiese adentrarse en el mundo de la programación con un dispositivo que ellos mismos ensamblarían en unas horas y cuyo lenguaje técnico está diseñado para comprender y trabajar desde cero la labor de programación.

Raspberry PI,  con un tamaño en cuanto a la CPU similar al de un libro pequeño y un consumo similar  al de un teléfono móvil estándar, posibilitaría al alumnado trabajar con su mismo dispositivo en casa y en el centro escolar. Hubo iniciativas que lo llevaron a la práctica de forma relativamente exitosa en Reino Unido y Chile, demostrando que, con este dispositivo, se adquirían más ampliamente las competencias STEM; pero al no haber una voluntad en cuanto a su uso se prefirió una alternativa más cara,  menos versátil, pero más cómoda en su implantación, en cuanto al uso de paquetes completos de Google o Microsoft. En España el cambio al currículo escolar LOMLOE obvió por completo su desarrollo hablando de forma genérica de pensamiento computacional y aplicaciones y soluciones informáticas sencillas, por lo que, seguimos utilizando dispositivos complejos en su uso pero no en su implantación previo pago de su importe, por lo que la brecha digital no ha disminuido significativamente con ellos.

  • Expansión de la conectividad a internet:

Es necesario trabajar en proyectos de internet comunitario, los cuales en la actualidad son casi inexistentes, y que podrían ser una pieza clave frente a la brecha digital. Estos proyectos de internet comunitario generalmente están dirigidos por ayuntamientos, organizaciones sin ánimo de lucro, cooperativas de comerciantes o gobiernos autonómicos; sin embargo parecen no interesar dada la baja calidad del servicio prestado allá donde se ofrece, habitualmente en centros históricos de las ciudades o zonas comerciales, para así fomentar el comercio en ellas. Su implantación con fines educativos parece no interesar a las comercializadoras de internet, dado que su creencia es que se eliminarían los potenciales clientes de las zonas con cobertura. Se ha trabajado, sobre todo en la época del confinamiento por pandemia, también con hotspots o sticks móviles pagados a sus proveedoras de red inhalámbrica, pero su manejo suele ser complejo y su precio por individuo muy caro. Además se han dado casos en los que se han proporcionado dispositivos y conexión a personas con baja alfabetización digital, con lo cual no se pudieron aprovechar estos recursos de forma adecuada.

  • Capacitación y alfabetización digital:

Frente a la baja alfabetización digital es necesario implantar, en primer lugar, una serie de programas de formación para docentes. Se intentan llevar a cabo iniciativas que ofrezcan formación continua en competencias digitales para maestros, asegurando que puedan integrar efectivamente la tecnología en sus métodos educativos; sin embargo muchos docentes ven su capacitación como un “examen” a pasar para su desarrollo profesional. Los contenidos desarrollados en estas formaciones son los mismos para etapas de infantil como de bachillerato, y les dan gran importancia a los derechos de autoría, la accesibilidad y al procedimiento concreto más que al resultado global, por lo que estos aprendizajes suelen ser poco útiles para el profesorado y se considera como una formación inútil para el desempeño real. Sería urgente especializar estas formaciones por etapas y necesidades y hacerlas más significativas con el desempeño real.

Para el resto de la comunidad educativa se ofrecen cursos de alfabetización digital diseñados para enseñar habilidades digitales básicas y avanzadas a alumnado y familias. Su utilidad depende del enfoque del docente de esta formación en concreto ya que,  al no haber un currículo detallado acerca de los saberes básicos relacionados con el uso de TICs, o de competencias a adquirir, su preparación es muy dificultosa. Su éxito depende de la voluntad del docente que ha de buscar los contenidos a trabajar en repositorios colaborativos o con materiales elaborados por ellos mismos, lo cual dificulta aún más su labor a sabiendas del poco tiempo destinado a la creación de materiales didácticos en los centros escolares hoy en día, con un profesorado abrumado por un exceso de burocracia con nulo valor didáctico.

  •  Desarrollo de contenidos y recursos educativos abiertos:

Existen diversas plataformas de recursos educativos abiertos (REA): Portales como Udemy y Coursera ofrecen cursos y materiales educativos gratuitos, accesibles para cualquier persona con conexión a internet, sin embargo no se potencia el uso de estas plataformas por parte de la comunidad educativa en los centros públicos educativos. Estas dos plataformas son muy utilizadas para la formación en cuanto a habilidades prácticas en la empresa privada. Usualmente los REA a disposición de la comunidad escolar son poco conocidos y difícilmente adaptables a su realidad. Sería imprescindible, para romper la brecha digital, potenciar la elaboración y adaptación de este tipo de recursos.

En cuanto a las bibliotecas digitales y repositorios de contenidos no suelen ser de fácil acceso aquellas que pueden utilizarse libremente. Una de las prioridades de las administraciones públicas debería ser construir este tipo de repositorios valorando al profesorado que lo realice o que lo adapte a la realidad de su comunidad educativa. Actualmente no existen incentivos para que este tipo de material se vaya actualizando o realizando de forme que ayude en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

3. Evaluación del impacto de la tecnología en la equidad educativa

La equidad es uno de los conceptos fundamentales al hablar sobre justicia e igualdad en la sociedad.  En el ámbito social se refiere a la búsqueda de justicia y la igualdad en la distribución de recursos, oportunidades y derechos. Stacey Adams, creador de la teoría de la equidad, la exploró en el ámbito organizacional, afirmando que la equidad se basa en la comparación entre las contribuciones y recompensas de las personas; sin embargo las administraciones educativas parecen referirse al sentido aristotélico del término, definido por el filósofo griego como “la justicia aplicada a cada caso concreto”. Llama la atención que en el ámbito educativo para algunos aspectos se asimile a la escuela como a una empresa u organización mientras que, para otros casos, y según intereses, se conciba la misma como un ente colaborativo en el que la función social es predominante.

Imagen 1- Niños estudiantes aprendizaje ordenadores

El uso de las TICs puede evaluarse desde estas dos visiones; de hecho se evalúa desde las mismas y de forma contradictoria en ocasiones como un bien material para “coser” la brecha digital o, frente a esto, hay quien la entiende como máquinas que se utilizan para llevar a cabo procesos impersonales de polarización que arrojan fuera de la modernidad a personas que anteriormente estaban inscritas en ella.  Desde mi punto de vista y centrándonos en el ámbito educativo, el uso de la tecnología debe seguir una hoja de ruta precisa para alcanzar el propósito de romper la brecha digital y ser un agente activo en cuanto a herramientas y procesos de cambio a favor de la equidad en educación.

La tecnología debe mejorar el acceso a la educación y servir para acercar a quienes no pueden hacerlo al conocimiento, democratizando su acceso y fomentando que no existan distancias ni dificultades insalvables en cuanto a este mismo acceso. Hablo de plataformas de e-learning, herramientas de comunicación educativas o centros de educación a distancia.

Las tecnologías han de servir para la reducción de las desigualdades educativas, ya que aquel alumnado que utiliza EdTech tiende a ser más competente en STEM y a facilitar su comprensión de las áreas técnicas, especialmente matemáticas y ciencias. La personalización del aprendizaje a través de la IA y el análisis de datos no son fines, sino herramientas que el docente puede utilizar o no para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje.

No olvidemos el desarrollo de competencias reales para la vida, dado que las tecnologías están presentes en todos los ámbitos laborales de hoy en día. Siguiendo la clara definición de Cabero Almenara (2010) en cuanto a lo que se entiende en competencias digitales que relacionan la educación con el ámbito laboral en la era digital, estas habilidades fundamentales parten del desarrollo del pensamiento crítico de la colaboración y de la competencia digital plena en tanto en cuanto las tecnologías son imprescindibles ya en estos momentos en cualquier desempeño laboral presente y se fomentan a través del uso de tecnologías educativas y del desarrollo competencial ya desde las primeras etapas escolares. Cabero Almenara incide en los aprendizajes significativos para alcanzar estas competencias e incide en la responsabilidad de las políticas educativas en cuanto al fomento del desarrollo de competencias digitales y la necesidad de la formación continua para mantenerlas actualizadas.

Tenemos que hablar también de los desafíos que todo esto conlleva y que son significativos, como la privacidad de los datos, la sostenibilidad de las iniciativas a largo plazo, ya que algunas se dejan de lado por falta de recursos o de coordinación por parte de los responsables de estas, y la necesidad de asegurar que la tecnología no reemplace la interacción humana esencial en el proceso educativo.

Dado que las administraciones educativas asumen como suyos los éxitos que se derivan del buen hacer de los maestros, familias y equipos directivos particulares de cada centro, también debe asumir las carencias que estos tienen y, sobre todo, la coordinación necesaria para la optimización de los recursos materiales y personales. Muchos maestros se ven abandonados sin unas instrucciones o propuestas claras y basadas en las necesidades reales sobre cómo aplicar la tecnología en las aulas. Incido en la formación y la coordinación como aspectos clave en este sentido, siendo estos los pilares clave en los que se tienen que sostener las propuestas que ayuden a alcanzar esa equidad educativa evitando que las TIC ahonden en la brecha digital.

 

Conclusión

La formación basada en las necesidades reales de una comunidad educativa adaptando los contenidos a trabajar en ellas. a la realidad de estas, así como la coordinación adecuada con las administraciones educativas responsables son dos aspectos clave en el objetivo básico: en primer lugar el de reducir la brecha digital en comunidades desfavorecidas y por otro lado en la necesidad de unas políticas educativas coherentes y bien planificadas. Es crucial para garantizar la equidad educativa el acceso a las herramientas y procesos tecnológicos necesarios para ello que han demostrado ser efectivos en mejorar el acceso a la educación y en preparar al alumnado para los retos reales del futuro. Así pues, es fundamental continuar evaluando el impacto de estas tecnologías y abordar los desafíos para asegurar que todos los miembros de la comunidad educativa (alumnado, profesorado, familias y personal de administración y servicios) puedan beneficiarse de una educación de calidad basada en el principio de equidad en la era digital.

 

Bibliografía

  • Area Moreira, M. (2018). Las tecnologías de la información y comunicación en el sistema educativo: Una revisión de la investigación. Revista de Educación a Distancia.
  • Bender, W. (2012). Aprender a cambiar el mundo: El impacto social de One Laptop per Child. Palgrave Macmillan. [Traducción y adaptación del documento original en inglés].
  • Cabero Almenara, J. (2010). Las competencias en la sociedad del conocimiento: Educación y trabajo en la era digital. Editorial Síntesis.
  • Cruz Roja. (2022). La brecha digital: Desigualdad en el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación. Madrid: Cruz Roja.
  • DiMaggio, P., & Hargittai, E. (2001). De la «brecha digital» a la «desigualdad digital»: Estudiando el uso de Internet a medida que aumenta la penetración. Centro de Estudios de Políticas Artísticas y Culturales de la Universidad de Princeton. [Traducción y adaptación del documento original en inglés].
  • Robinson, L. (2009). Un gusto por lo necesario: Un enfoque bourdieusiano de la desigualdad digital. Información, Comunicación y Sociedad, 12(4), 488-507. [Traducción y adaptación del documento original en inglés].
  • Selwyn, N. (2004). Reconsiderando los entendimientos políticos y populares de la brecha digital. Nuevos Medios y Sociedad, 6(3), 341-362. [Traducción y adaptación del documento original en inglés].

Imagen:

  • Ron Lach. (2021). Niños estudiantes aprendizaje ordenadores. [Fotografía]. Pexels.

https://www.pexels.com/es-es/foto/sentado-ninos-estudiantes-aprendizaje-10638065/

 

David Fueyo Fernández

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